Fuerte sismo sacude Guatemala y sur de México, también Japón
Según un boletín de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred, Guatemala) con datos preliminares, el terremoto tuvo como epicentro a 12 kilómetros al norte de Iztapa, un municipio de Escuintla que tiene límites con el océano Pacífico. La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) informó que no se registraron daños graves, víctimas humanas ni alerta de tsunami, aunque reportes de prensa actualizados dicen que las autoridades locales notificaron la muerte de tres personas, entre ellas una niña de nueve años, que perdió la vida bajo los escombros de una escuela que se derrumbó por el movimiento telúrico, precisa la cadena NHK.

Un fuerte sismo de 5.8 en la escala abierta de Richter sacudió Guatemala y el sur de México, sin que hasta el momento se conozcan los posibles daños humanos y materiales.
Según un boletín de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred, Guatemala) con datos preliminares, el terremoto tuvo como epicentro a 12 kilómetros al norte de Iztapa, un municipio de Escuintla que tiene límites con el océano Pacífico.
Por su parte el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (Insivumeh), fijó en 5.6 la magnitud del fenómeno.
Al otro lado del mundo, en Japón, también se registró un potente temblor de tierra de 5.9 en Osaka, isla de Honshu (oeste), a las 07H58 (hora local) de este lunes (hora local).
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) informó que no se registraron daños graves, víctimas humanas ni alerta de tsunami, aunque reportes de prensa actualizados dicen que las autoridades locales notificaron la muerte de tres personas, entre ellas una niña de nueve años, que perdió la vida bajo los escombros de una escuela que se derrumbó por el movimiento telúrico, precisa la cadena NHK. Sin embargo, podrían existir más víctimas fatales.
En el caso de Guatemala, la naturaleza ha golpeado en los últimos días a la nación centroamericana. Intensas lluvias en solo 24 horas provocaron 81 damnificados, de los que 15 sufrieron el desborde del río Ceniza en San Vicente Los Cimientos, en Siquinalá (Escuintla), por el descenso de un lahar del volcán de Fuego.
Mientras, las autoridades departamentales también en Escuintla suspendieron definitivamente la búsqueda de víctimas en las comunidades San Miguel Los Lotes y el Rodeo, dos semanas después de la erupción del mencionado volcán, la peor en 44 años.
La decisión se debe a que la zona es inhabitable y de alto riesgo, sobre todo por las intensas lluvias que desde hace días provocan la ocurrencia de lahares, el mayor peligro ahora tras la tragedia ocasionada el 3 de junio, cuando no se esperaba semejante furia del coloso, la mayor desde 1974.
Todavía impacta y sobrecoge ver las fotos de Los Lotes y el Rodeo bajo toneladas de material volcánico y resulta difícil imaginar que allí hubo vida entre tanto gris.
Hoy es un pueblo fantasma con casas totalmente enterradas o a medio enterrar y donde yacen decenas, tal vez cientos de cadáveres, pues las cifras oficiales registran 197 desaparecidos pero los testimonios de los pobladores las desmienten.
Desolación y tristeza se vive en la zona cero, al igual que en los albergues para damnificados, donde muchos intentan no pensar en ese día fatídico y mirar hacia delante, aunque tampoco saben a ciencia cierta qué pasará con ellos.
Las medicinas, ropas y víveres no faltan, al menos en Escuintla, donde Prensa Latina recorrió varios de estos centros, pero el hacinamiento y las malas condiciones higiénicas propician las enfermedades típicas del posdesastre: infecciones respiratorias, gastrointestinales y de la piel.
En total son 17 centros para tres mil 571 personas, de ellos, 12 se localizan en Escuintla (dos mil 798), cuatro en Sacatepéquez y uno en Suchitepéquez, los departamentos más golpeados por la erupción.
Voluntarios guatemaltecos junto a médicos cubanos asumen desde el primer momento la atención sanitaria en cuatro de estos locales, donde refuerzan la vigilancia epidemiológica para prevenir futuras complicaciones.
En medio de todo el ajetreo, el coloso de Fuego no deja dormir con tranquilidad a los afectados y a otros que aún permanecen cerca. Este domingo registró de cuatro a cinco explosiones débiles por hora con columnas de ceniza gris hasta los cuatro mil 700 metros sobre el nivel del mar.
El Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología alertó sobre avalanchas moderadas en el contorno del cráter y más lahares por las lluvias (flujo de agua y material volcánico a gran velocidad que arrasa con todo a su paso).