El Mundial de fútbol no gana aún ni los balcones en Brasil
A escasas 72 horas del comienzo y pese a contar con un equipo favorito y capaz de materializar una verdadera hazaña, la Copa Mundial de fútbol Rusia 2018 todavía hoy no gana ni los balcones en Brasil.

No son pocas las figuras públicas que en los últimos días aludieron, a través de los medios y de las redes sociales, al clima de desinterés que rodea - en un país eminentemente futbolístico - a la mayor fiesta universal de ese deporte, y en la cual, por añadidura, Brasil pudiera convertirse en el primer hexacampeón de la lid.
Las razones de la apatía, según algunos, habría que buscarlas en la aguda crisis económica por la que atraviesa el país y que provocó, en los últimos dos años, un aumento del desempleo y de la violencia, el regreso de millones de ciudadanos a la pobreza y la amenaza de que Brasil sea reincoporado al Mapa Mundial del Hambre.
Una encuesta del instituto Datafolha revelada este lunes aquí dejó en claro que, contrario al discurso oficial enarbolado por el presidente Michel Temer, para la gran mayoría de los brasileños (72 por ciento) la situación económica empeoró y amenaza, además, con seguir por ese camino.
El desinterés por la Copa, sin embargo, había quedado ya de manifiesto en otro sondeo realizado entre el 9 y 12 de mayo por el Instituto MDA y según el cual un 42 por ciento de los entrevistados dijeron no estar interesados en la Copa del Mundo y otro 30,7 manifestó tener poco interés.
Eso, aún cuando para poco más de la mitad de los encuestados (51,9 por ciento) Brasil saldrá como amplio favorito para proclamarse campeón, por delante de Alemania (8,1), Argentina (1,3), España (uno) y Francia (0,9).
Mas, lo cierto es que hasta hoy cuelgan escasas banderas en balcones y ventanas de los hogares brasileños y si alguien trata de poner el acento en la gran fiesta mundial del fútbol es el sector de comercio, que busca por todos los medios impulsar las ventas.
La Copa este año tendrá un 'efecto mínimo' para la economía nacional, vaticinó el catedrático de la Universidad de Brasilia (UnB) Marilson Dantas, quien ratificó que la tendencia será favorecer el consumo específico y de forma puntual de productos más baratos, procedentes del comercio informal.
Un criterio corroborado por especialistas del sector de equipos electro-electrónicos, históricamente el más beneficiado en este período, de acuerdo con los cuales la aguda crisis por la que atraviesa el país hará que sean los informales quienes más provecho saquen a la cita rusa.
Con seguridad cuando Brasil debute frente a Suiza el 17 de junio será mayor el entusiasmo por la verdeamarelha y si el éxito los acompaña, como todos esperan, la fiebre futbolística irá contagiando a un número cada vez mayor de torcedores a medida que avance la contienda.
Pero hoy la realidad es otra y distante: el Mundial de Rusia 2018 todavía no ganó ni los balcones en Brasil.