ONU llama a detener ola de violencia contra rohinyas
Es necesario detener la violencia y los asesinatos en el estado de Rakhine, garantizar la rendición de cuentas de los perpetradores de crímenes y asegurar las condiciones para los retornos.

El secretario general adjunto de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Andrew Gilmour, condenó la limpieza étnica contra los rohinyas.
Tras concluir una visita de cuatro días a Cox's Bazar y visitar los campamentos en Bangladesh, el diplomático pidió a las autoridades de Myanmar detener esa ola de violencia, y advirtió sobre la difícil situación de los 700 mil refugiados rohinyas.
Según el directivo de ONU, si bien la tasa de homicidios y violencia sexual en el estado de Rakhine, Myanmar, ha disminuido en comparación con el año pasado, continúan los asesinatos, las violaciones generalizadas y sistemáticas, las torturas y secuestros.
Señaló que el gobierno de Myanmar le dice al mundo que está listo para recibir a los rohingyas, pero esos retornos resultan imposibles en las condiciones actuales.
A su juicio, es necesario detener la violencia y los asesinatos en el estado de Rakhine, garantizar la rendición de cuentas de los perpetradores de crímenes y asegurar las condiciones para los retornos.
"Los rohinyas no pueden vivir en sus antiguos hogares pues todas las fuentes de alimentos y medios de subsistencia han sido destruidos", indicó.
De acuerdo con Gilmour, hay falta de voluntad política para abordar las causas fundamentales del problema, resultado de décadas de discriminación y de negativa de las autoridades de reconocer los derechos fundamentales de los rohinyas.