La ocupación israelí continúa sus violaciones contra Al Quds (Jerusalén)
La ocupación israelí continúa sus violaciones contra Al Quds (Jerusalén) y sus habitantes a través de su Nuevo plan de seguridad en la puerta Al Amud, complicándoles a los hijos de esta ciudad santa su vida cotidiana.
A
cualquier transeúnte le puede parecer que está entrando a una base militar y
no a la vieja ciudad repleta de la vida de una sociedad civil palestina. Una
impresión que la ocupación israelí trata de diseñar minuciosamente a través
de sus nuevas medidas militares en este sitio tan histórico.
La memoria se remonta hacia pocos años atrás, evocando el momento en que filmábamos aquí las vivencias cotidianas de la gente. Nunca pensamos que ello pue4de convertirse tan rápido un documento histórico del lugar. Bab Al Amud, o la Puerta de Damasco fue construido en la época romana y adquirió su estructura actual durante la época autónoma. Para los que habitaron Al Quds recientemente Bab Al Amud representa una plaza para hacer las compras, relajarse, y vislumbrarse con el paisaje de la vieja Al Quds.
Dispositivos, plataformas, sombrías, cámaras y torres de las alas de seguridad de la Ocupación vigilan y monitorean cada movimiento o murmullo que ocurren aquí. Pero la deformación y el vandalismo del patrimonio y de la historia es otro asunto más de las tantas violaciones israelíes. Duele mucho realmente oír hoy el ruido de los trabajos militares más alto que las voces de los vendedores y los habitantes y turistas que tienen tantas historias con este lugar y tantas vivencias grabadas en las memorias de los palestinos. Y peor aún, son las sospechas de que estos actos sean justamente una introducción para algo oculto aún más complejo.
La memoria se remonta hacia pocos años atrás, evocando el momento en que filmábamos aquí las vivencias cotidianas de la gente. Nunca pensamos que ello pue4de convertirse tan rápido un documento histórico del lugar. Bab Al Amud, o la Puerta de Damasco fue construido en la época romana y adquirió su estructura actual durante la época autónoma. Para los que habitaron Al Quds recientemente Bab Al Amud representa una plaza para hacer las compras, relajarse, y vislumbrarse con el paisaje de la vieja Al Quds.
Dispositivos, plataformas, sombrías, cámaras y torres de las alas de seguridad de la Ocupación vigilan y monitorean cada movimiento o murmullo que ocurren aquí. Pero la deformación y el vandalismo del patrimonio y de la historia es otro asunto más de las tantas violaciones israelíes. Duele mucho realmente oír hoy el ruido de los trabajos militares más alto que las voces de los vendedores y los habitantes y turistas que tienen tantas historias con este lugar y tantas vivencias grabadas en las memorias de los palestinos. Y peor aún, son las sospechas de que estos actos sean justamente una introducción para algo oculto aún más complejo.