NBC: Relación entre servicios de Inteligencia israelí-saudita tienen larga data
En Medio Oriente, el enemigo de tu enemigo es tu amigo, afirma un reporte de NBC News.

El apetito por la cooperación entre dos de los aliados más cercanos de Estados Unidos en Medio Oriente ha crecido en los últimos años a medida que sus intereses de seguridad han encajado. Tanto Israel como Arabia Saudita ven la creciente influencia de Irán en la región como una amenaza existencial y quieren aplastar a los grupos islamistas militantes como Daesh y el principal representante de Irán, Hizbulah.
Los funcionarios dicen que los israelíes son cautelosamente optimistas sobre la amistad en ciernes con el renovado régimen saudita, pero los observadores identifican muchos riesgos.
El príncipe heredero, aunque es visto por muchos como un reformador, también es ampliamente visto como errático.
Daniel Shapiro, embajador de EE.UU. en Tel Aviv hasta enero, dijo que si bien los israelíes se sienten alentados por las rápidas acciones del príncipe, "no tiene experiencia, es joven y un poco impulsivo, y en el caso de El Líbano, hay una sensación de que puede estar preparando a Israel para hacer el trabajo sucio".
Una alianza israelí-saudita también sería muy impopular en la calle árabe dada la ocupación actual de Cisjordania y Gaza.
"Una alianza con Israel definitivamente lastimará a los sauditas y sus aliados", expresó Hassan Hassan, experto en Medio Oriente del Instituto Tahrir para la Política de Medio Oriente en Washington. "Tiene sentido para ellos en el nivel geopolítico pero no internamente o en el nivel social. La paradoja es que Arabia Saudita y otros quieren contrarrestar a Irán a través de una alianza con Israel, pero no hacer frente a Irán y luego alinearse con Israel está marcando todas las casillas de una mala política.
A fines de la década de 1970, los gobiernos árabes se preocuparon menos por su conflicto con Israel y se centraron más en la modernización y la continuidad política, dejando latente la cuestión del Estado palestino. Mientras tanto, los funcionarios israelíes y sauditas comenzaron a darse cuenta del potencial de colaboración a medida que sus preocupaciones convergían durante la revolución islámica de 1979 en Irán. El reino sunita y el estado judío estaban descontentos con la nueva y hostil teocracia chiita en el vecindario.
"La relación de inteligencia saudita-israelí ha estado presente en un esbozo, un intercambio de puntos de vista, durante décadas", dijo Simon Henderson, director del programa de política de energía y golfo en el Instituto Washington para Política de Medio Oriente. "Tiene su propia vida debido a Irán. Esa es la razón general".
Si bien el gobierno de Arabia Saudita ha llegado a considerar a los israelíes como un socio potencial en la región, sigue resistiéndose a un abrazo diplomático abierto, prefiriendo consultas extraoficiales.
"Es un secreto a voces", dijo Shapiro. "Hay una considerable cantidad de coordinación entre bastidores entre ellos, los canales de inteligencia y otros de seguridad, y se mantiene en silencio porque Israel sigue siendo impopular en esos estados árabes".

La relación de Estados Unidos con Arabia Saudita e Israel se deterioró como resultado del acuerdo, un acuerdo que Trump prácticamente repudió como parte de la represión más amplia de su gobierno contra Irán.
Su administración también ha hecho oberturas significativas para fomentar una cooperación más estrecha entre los saudíes y los israelíes.
Jared Kushner, el yerno y consejero del presidente, tiene una estrecha relación personal con el príncipe heredero de Arabia Saudita y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Y continúa presionando a Arabia Saudita para ayudar a reprimir a Hizbulah, lo que sigue planteando grandes preocupaciones de seguridad para Israel.

Los signos de progreso están en todas partes. En 2015, Israel anunció que abriría su primera oficina de representación en los Emiratos Árabes Unidos, un estado árabe sunita menos conservador. Los países de la región también han explorado la idea de suspender una prohibición a largo plazo de los aviones israelíes sobre el espacio aéreo árabe, lo que reduciría horas de los vuelos que actualmente se requieren para tomar largos desvíos.
Varios funcionarios israelíes han sido francos acerca de su deseo de abrazar a Arabia Saudita como socio y aliado. En junio, el ministro de inteligencia y transporte de Israel, Yisrael Katz, hizo un llamado al rey Salman de Arabia Saudita para que invite a Netanyahu a Riad a establecer relaciones diplomáticas plenas.
Cuando se trata de conversaciones formales y directas entre Arabia Saudita e Israel, los funcionarios de los EE.UU. dicen que ambas partes estarían dispuestas a proceder sin la participación estadounidense. El mismo Trump desató la preocupación entre las agencias de inteligencia de todo el mundo, y particularmente en Israel, cuando a principios de este año aparecieron informes de que había divulgado inteligencia clasificada, originalmente de Israel, a diplomáticos rusos que visitaban la Oficina Oval.
Las apuestas son mucho más altas para Arabia Saudita que Israel. Los sauditas siguen siendo reacios a reconocer públicamente o aceptar que las relaciones están, de hecho, mejorando. Es poco probable que cualquier relación se formalice en ausencia de un Estado palestino, una condición que los sauditas han exigido durante años. Pero debajo de la mesa, ambos lados están de acuerdo en que el enemigo de tu enemigo es tu amigo.
"Ambos quieren ver detenidos los avances iraníes, quieren ver la interrupción de la intromisión iraní, quieren ver a Hizbulah encerrado", dijo Roby Barrett, experto en el Golfo y autor del Middle East Institute en Washington. "Sus intereses están casi perfectamente alineados".
"La presencia de las superpotencias en la región es solo para comercializar sus armas, interferir en el mercado regional y manipular el precio del petróleo", dijo Rouhani, según los medios estatales, "y siempre han buscado sus objetivos malévolos sin pensar en los intereses y los beneficios de la gente de la región, que no implican nada excepto problemas o dificultades para la región".