Los manifestantes, que portaban banderas nacionales y coreaban consignas como: “Nuestra dignidad está en entredicho con esos tratados vergonzosos” y “EE.UU. deja de hacer contratos con nuestra sangre”, exigieron a su Gobierno romper con esos acuerdos, pues consideran representan un obstáculo para la independencia y el desarrollo económico del país.

Los activistas también denunciaron que el dinero que será pagado a Israel en virtud de tales acuerdos se utilizará para financiar a las fuerzas israelíes y la ocupación israelí de los territorios palestinos.

El contrato suscrito en septiembre de 2016 entre un consorcio israelí de gas y Jordan Electric Power Company está valorado en 10 mil millones de dólares. Según el acuerdo, la compañía estadounidense Noble Energy y otros inversores en el mayor campo de gas de Israel suministrarán a la compañía eléctrica nacional de Jordania 8,5 millones de metros cúbicos de gas durante 15 años.

Desde entonces, ese pacto jordano-israelí se topó inmediatamente con una amplia oposición popular en Jordania, y miles de personas se han movilizado para criticar al Gobierno por las importaciones de gas desde el enemigo sionista.

Las recientes movilizaciones se realizan después que el diario israelí Haaretz informara de que el régimen de Tel Aviv ha estado exportando subrepticiamente gas natural a Jordania a través de una firma intermediaria estadounidense.