Raúl Castro: "Estamos en una etapa crucial de nuestra historia"
"Estamos en una etapa crucial de nuestra historia, en la que un retroceso a escala regional tendría impactos muy negativos para nuestros pueblos", expresó el presidente cubano, Raúl Castro Ruz, en su discurso pronunciado en la jornada inaugural de la XIV Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP, en Caracas, Venezuela.

El mandatario cubano afirmó que Fidel les enseñó a recurrir siempre a la historia, a ser audaces y a la vez realistas, y que lo que parece imposible se puede alcanzar si se propone con firmeza y se actúa de manera consecuente.
Indicó que los países miembros del ALBA-TCP consideran la integración solidaria como una condición imprescindible para avanzar hacia el desarrollo, frente a la creciente formación de grandes bloques que dominan la economía mundial.
Asimismo, aportó por la voluntad política para abrir mayores oportunidades al comercio, la inversión y la cooperación intrarregional, sin los cuales nuestros avances seguirán siendo insuficientes.
Señaló que el ALBA no habría sido posible en la época en que triunfó la Revolución Cubana. Tuvo que ocurrir la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992 y el triunfo de la Revolución Bolivariana liderada por el inolvidable Comandante Hugo Chávez Frías, para que una iniciativa cómo esta pudiera abrirse paso.
Fue importante que en el Foro de Sao Paulo las ideas de Fidel y Lula convergieran para recibir y apoyar a Chávez, dijo.
Precisó que Chávez siempre explicó la complejidad de lanzar la revolución en un país petrolero, dependiente de un único mercado, con una oligarquía financiera corrupta, una población a la que impusieron hábitos consumistas insostenibles y una economía neoliberal rentista, que llevó al país a la quiebra.
Para emprender las transformaciones -dijo- Chávez comprendió que su principal tarea era la construcción de una amplia unidad cívico-militar, que hoy encabeza el presidente Nicolás Maduro con el respaldo del pueblo bolivariano y chavista.
La construcción de la unidad es la tarea más importante que enfrenta toda revolución verdadera.
Apuntó que los revolucionarios tienen muchas ideas y visiones de cuál puede ser el camino y cómo transitarlo exitosamente. Pero para consolidar la unidad hay que dejar a un lado, con modestia, todo aquello que nos divide y separa.
Gracias a la unidad, la Revolución Bolivariana ha sobrevivido al asedio y al acoso de sus enemigos, añadió Raúl.
Por esa unidad -expresó-, la revolución ha sobrevivido a las bajezas de la OEA, a las irritantes e injustas sanciones norteamericanas, a las recientes acusaciones contra su vicepresidente ejecutivo, el compañero Tareck El Aissami, que solo persiguen desviar la atención de los verdaderos problemas y desacreditar a quienes están ocupados en salvar, desarrollar y defender la patria.
Al referirse al gobierno de Estados Unidos, Raúl dijo que la nueva agenda de Washington amenaza con desatar un proteccionismo comercial extremo y egoísta que impactará la competitividad del comercio exterior de las naciones de ALBA.
Añadió que vulnerará acuerdos ambientales para favorecer los ingresos de las transnacionales; perseguirá y deportará migrantes generados por la desigual distribución de la riqueza y el crecimiento de la pobreza que provoca el orden internacional impuesto.
Sobre el muro que Trump pretende levantar en la frontera norte de México, dijo que ellos es una expresión de esa irracionalidad, no solo contra este hermano país, sino contra toda nuestra región.
Raúl destacó el grn aporte de Venezuela a la integración regional con su solidaridad y generosidad, especialmente hacia los pueblos de América Latina, y en particular del Caribe, mientras convocaba a integrarnos en Petrocaribe, UNASUR y CELAC.
"No están solos. Les ratifico el compromiso asumido en nuestra Declaración, de acompañar la defensa de Venezuela y la posición digna, valiente y constructiva del presidente Nicolás Maduro, dijo el mandatario cubano.
Al referirse a la batalla que libra Venezuela por la soberanía, la emancipación, la integración y el desarrollo de Nuestra América, Raúl subrayó que es una aspiración consagrada en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada por la CELAC en su Cumbre de La Habana, en enero de 2014.
Para ello -recordó- se requiere un estricto apego a esa declaración, en la que se comprometieron a cumplir la “obligación de no intervenir directa o indirectamente en los asuntos internos de cualquier otro Estado y a observar los principios de soberanía nacional, igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos”; a resolver las diferencias de forma pacífica y a respetar “los principios y normas del Derecho Internacional y los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas”; y a respetar “el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural, como condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones”.
Ese histórico documento insta “a todos los Estados miembros de la Comunidad Internacional a respetar plenamente esta declaración en sus relaciones con los Estados miembros de la CELAC”.
Ninguna causa justa de la Patria Grande es ajena. Jamás les fallaremos a los entrañables hermanos del Caribe, expresó.
Raúl ratificó la solidaridad de Cuba con Dilma Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva y Cristina Fernández de Kirchner, reconocidos líderes de Nuestra América.
No desistiremos de apoyar a Correa y a su compañero Lenín Moreno en Ecuador. Jamás dejaremos solo a Evo, verdadero líder de Bolivia y de todos los pueblos originarios. Seguiremos acompañando a Daniel y al pueblo sandinista de Nicaragua, concluyó.
Indicó que los países miembros del ALBA-TCP consideran la integración solidaria como una condición imprescindible para avanzar hacia el desarrollo, frente a la creciente formación de grandes bloques que dominan la economía mundial.
Asimismo, aportó por la voluntad política para abrir mayores oportunidades al comercio, la inversión y la cooperación intrarregional, sin los cuales nuestros avances seguirán siendo insuficientes.
Señaló que el ALBA no habría sido posible en la época en que triunfó la Revolución Cubana. Tuvo que ocurrir la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992 y el triunfo de la Revolución Bolivariana liderada por el inolvidable Comandante Hugo Chávez Frías, para que una iniciativa cómo esta pudiera abrirse paso.
Fue importante que en el Foro de Sao Paulo las ideas de Fidel y Lula convergieran para recibir y apoyar a Chávez, dijo.
Precisó que Chávez siempre explicó la complejidad de lanzar la revolución en un país petrolero, dependiente de un único mercado, con una oligarquía financiera corrupta, una población a la que impusieron hábitos consumistas insostenibles y una economía neoliberal rentista, que llevó al país a la quiebra.
Para emprender las transformaciones -dijo- Chávez comprendió que su principal tarea era la construcción de una amplia unidad cívico-militar, que hoy encabeza el presidente Nicolás Maduro con el respaldo del pueblo bolivariano y chavista.
La construcción de la unidad es la tarea más importante que enfrenta toda revolución verdadera.
Apuntó que los revolucionarios tienen muchas ideas y visiones de cuál puede ser el camino y cómo transitarlo exitosamente. Pero para consolidar la unidad hay que dejar a un lado, con modestia, todo aquello que nos divide y separa.
Gracias a la unidad, la Revolución Bolivariana ha sobrevivido al asedio y al acoso de sus enemigos, añadió Raúl.
Por esa unidad -expresó-, la revolución ha sobrevivido a las bajezas de la OEA, a las irritantes e injustas sanciones norteamericanas, a las recientes acusaciones contra su vicepresidente ejecutivo, el compañero Tareck El Aissami, que solo persiguen desviar la atención de los verdaderos problemas y desacreditar a quienes están ocupados en salvar, desarrollar y defender la patria.
Al referirse al gobierno de Estados Unidos, Raúl dijo que la nueva agenda de Washington amenaza con desatar un proteccionismo comercial extremo y egoísta que impactará la competitividad del comercio exterior de las naciones de ALBA.
Añadió que vulnerará acuerdos ambientales para favorecer los ingresos de las transnacionales; perseguirá y deportará migrantes generados por la desigual distribución de la riqueza y el crecimiento de la pobreza que provoca el orden internacional impuesto.
Sobre el muro que Trump pretende levantar en la frontera norte de México, dijo que ellos es una expresión de esa irracionalidad, no solo contra este hermano país, sino contra toda nuestra región.
Raúl destacó el grn aporte de Venezuela a la integración regional con su solidaridad y generosidad, especialmente hacia los pueblos de América Latina, y en particular del Caribe, mientras convocaba a integrarnos en Petrocaribe, UNASUR y CELAC.
"No están solos. Les ratifico el compromiso asumido en nuestra Declaración, de acompañar la defensa de Venezuela y la posición digna, valiente y constructiva del presidente Nicolás Maduro, dijo el mandatario cubano.
Al referirse a la batalla que libra Venezuela por la soberanía, la emancipación, la integración y el desarrollo de Nuestra América, Raúl subrayó que es una aspiración consagrada en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada por la CELAC en su Cumbre de La Habana, en enero de 2014.
Para ello -recordó- se requiere un estricto apego a esa declaración, en la que se comprometieron a cumplir la “obligación de no intervenir directa o indirectamente en los asuntos internos de cualquier otro Estado y a observar los principios de soberanía nacional, igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos”; a resolver las diferencias de forma pacífica y a respetar “los principios y normas del Derecho Internacional y los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas”; y a respetar “el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural, como condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones”.
Ese histórico documento insta “a todos los Estados miembros de la Comunidad Internacional a respetar plenamente esta declaración en sus relaciones con los Estados miembros de la CELAC”.
Ninguna causa justa de la Patria Grande es ajena. Jamás les fallaremos a los entrañables hermanos del Caribe, expresó.
Raúl ratificó la solidaridad de Cuba con Dilma Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva y Cristina Fernández de Kirchner, reconocidos líderes de Nuestra América.
No desistiremos de apoyar a Correa y a su compañero Lenín Moreno en Ecuador. Jamás dejaremos solo a Evo, verdadero líder de Bolivia y de todos los pueblos originarios. Seguiremos acompañando a Daniel y al pueblo sandinista de Nicaragua, concluyó.