Las negociaciones de paz terminan en victoria para Irán y Al Assad
Las conversaciones de paz en Siria terminaron con una importante victoria para el Gobierno sirio, mientras Teherán recibía un papel formal en la supervisión del fin de los combates por primera vez, informó un artículo publicado en The Times.

Dos días de conversaciones en Astana, capital de Kazajistán, concluyeron con la adhesión de Irán a Rusia y Turquía como "garante" del alto al fuego en vigor desde el 30 de diciembre y que los grupos armados afirman que Damasco y los combatientes iraníes han violado repetidamente.
Los tres garantes se reunirán nuevamente en Astana para establecer el mecanismo de ejecución, pero sus detalles -o si implicaría monitores- quedaron vagos.
Los grupos armados se opusieron firmemente a la adición de Irán, que ha enviado a decenas de miles de milicianos chiítas para apuntalar el Gobierno de Al Assad. Hizbulah, que cuenta con el apoyo de Irán, ha desempeñado también un papel de liderazgo en los combates más polémicos que tienen lugar en Wadi Barada, al oeste de Damasco.
Irán ahora será responsable de supervisar las violaciones que sus propios hombres y los que apoya son acusados de cometer. Y aunque los grupos armados siguen insistiendo en que estos deben conducir a una transición política como exigen las resoluciones de la ONU, pocos diplomáticos u otros participantes creen que esto significa la salida del presidente Al Assad.
Los negociadores de la oposición siria ponen una cara valiente en el resultado. No tuvieron más remedio que aceptarlo después de que Turquía, su principal patrocinador político y geográficamente su principal ruta de suministro de armas, lo aceptara.
Los tres garantes se reunirán nuevamente en Astana para establecer el mecanismo de ejecución, pero sus detalles -o si implicaría monitores- quedaron vagos.
Los grupos armados se opusieron firmemente a la adición de Irán, que ha enviado a decenas de miles de milicianos chiítas para apuntalar el Gobierno de Al Assad. Hizbulah, que cuenta con el apoyo de Irán, ha desempeñado también un papel de liderazgo en los combates más polémicos que tienen lugar en Wadi Barada, al oeste de Damasco.
Irán ahora será responsable de supervisar las violaciones que sus propios hombres y los que apoya son acusados de cometer. Y aunque los grupos armados siguen insistiendo en que estos deben conducir a una transición política como exigen las resoluciones de la ONU, pocos diplomáticos u otros participantes creen que esto significa la salida del presidente Al Assad.
Los negociadores de la oposición siria ponen una cara valiente en el resultado. No tuvieron más remedio que aceptarlo después de que Turquía, su principal patrocinador político y geográficamente su principal ruta de suministro de armas, lo aceptara.