Delegación del gobierno sirio pone la primera carta de negociación en Astana
Bashar al-Jaafari, embajador de Siria en Naciones Unidas y jefe de la delegación de su país a las conversaciones de Astana, capital de Kazajistán, expuso la visión de Damasco acerca de la hoja de ruta hacia un alto al fuego, que establece un límite de tiempo que no sobrepasa el año, y que los grupos armados se comprometan a sumarse a un frente contra el terrorismo, y que Turquía cierre los cruces fronterizos por donde pasan las armas y los efectivos armados hacia Siria.
A juicio del corresponsal de Al Mayadeen, Al-Jaafari puso las agujas del reloj negociador de Astana y su calendario, a la hora de Damasco y a través de cuatro ejes, para sentar las bases del proceso político.
El diplomático expresó que la reunión de Astana será realmente un evento importante en el camino de la preparación de un arreglo político de la crisis de Siria.
Pasar a las negociaciones políticas en Ginebra necesita algo más que la tregua actual, cuyas partes o frentes o mapas no se especifican aun. Damasco quiere que el primer eje de las negociaciones sea determinar un tope de tiempo para un alto el fuego, que se extienda no más de un año entero, durante el cual se pone a prueba la sinceridad de las intenciones de los grupos armados y el compromiso de Turquía en apoyar el proceso político y abandonar su apoyo a los efectivos armados, dijo:
"Turquía es el garante de los grupos terroristas armados, ya que es uno de sus empleadores y sobre esta base hemos venido a esta reunión”, agregó.
La presencia en Astana de Mohamed Alloush y de otras nueve facciones no podrá tapar la ausencia de decenas de grupos armados principales, que poseen el terreno y la decisión política, tales como Ahrar al-Sham, que insiste todavía en amparar y proteger el Frente de Al-Nusra.
El segundo eje de Damasco tiende a separar definitivamente entre los que firmaron la tregua, y los que todavía analizan si se sumarían o no, y los que expresaron su negativa a la tregua, para trazar la forma de tratar a cada parte de esas, en el terreno y en lo político por parte de todos.
Los ataques aéreos siguen siendo solo el foco de la guerra contra el terrorismo en las zonas rurales de Alepo e Idleb. Damasco se encuentra esperando en el tercer centro de debate, que consiste en que Astana logre acordar un frente al que se suman todos los participantes para combatir el terrorismo.
Las torres turcas de observación fronterizas con Siria dan también hacia Astana. Turquía, que entregó a Ahrar al-Sham y a otros grupos armados el control de los cruces a través de los cuales pasan las armas y los efectivos armados hacia Siria, no es ni será socio verdadero en ninguna guerra contra el terrorismo.
Damasco sigue aun poniendo como condición anterior, que Turquía ejecute las resoluciones internacionales que estipulan acabar con esos cruces, y proporcionar garantías de controlar bien la frontera sirio-turca.
El diplomático expresó que la reunión de Astana será realmente un evento importante en el camino de la preparación de un arreglo político de la crisis de Siria.
Pasar a las negociaciones políticas en Ginebra necesita algo más que la tregua actual, cuyas partes o frentes o mapas no se especifican aun. Damasco quiere que el primer eje de las negociaciones sea determinar un tope de tiempo para un alto el fuego, que se extienda no más de un año entero, durante el cual se pone a prueba la sinceridad de las intenciones de los grupos armados y el compromiso de Turquía en apoyar el proceso político y abandonar su apoyo a los efectivos armados, dijo:
"Turquía es el garante de los grupos terroristas armados, ya que es uno de sus empleadores y sobre esta base hemos venido a esta reunión”, agregó.
La presencia en Astana de Mohamed Alloush y de otras nueve facciones no podrá tapar la ausencia de decenas de grupos armados principales, que poseen el terreno y la decisión política, tales como Ahrar al-Sham, que insiste todavía en amparar y proteger el Frente de Al-Nusra.
El segundo eje de Damasco tiende a separar definitivamente entre los que firmaron la tregua, y los que todavía analizan si se sumarían o no, y los que expresaron su negativa a la tregua, para trazar la forma de tratar a cada parte de esas, en el terreno y en lo político por parte de todos.
Los ataques aéreos siguen siendo solo el foco de la guerra contra el terrorismo en las zonas rurales de Alepo e Idleb. Damasco se encuentra esperando en el tercer centro de debate, que consiste en que Astana logre acordar un frente al que se suman todos los participantes para combatir el terrorismo.
Las torres turcas de observación fronterizas con Siria dan también hacia Astana. Turquía, que entregó a Ahrar al-Sham y a otros grupos armados el control de los cruces a través de los cuales pasan las armas y los efectivos armados hacia Siria, no es ni será socio verdadero en ninguna guerra contra el terrorismo.
Damasco sigue aun poniendo como condición anterior, que Turquía ejecute las resoluciones internacionales que estipulan acabar con esos cruces, y proporcionar garantías de controlar bien la frontera sirio-turca.