Unicef advierte sobre impacto de falta de agua en niños de Damasco
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió que los niños en la capital siria, Damasco, enfrentan un creciente riesgo de contraer enfermedades diarreicas ante la falta de agua potable.

La agencia de la ONU reaccionó así a la situación que se vive desde hace varias semanas en Damasco como resultado de los combates en Wadi Barada, localidad ubicada en las afueras de la ciudad, que acoge fuentes responsables de la mayor parte del suministro del preciado líquido.
A partir del corte del servicio por el conflicto, algunos distribuidores privados encarecieron los costos, complicando el escenario.
Wadi Barada fue ocupada en 2014 por el grupo terrorista Frente al Nusra y otras organizaciones, a las cuales el gobierno acusa de utilizar el agua como un arma de guerra, contexto en el que lanzó una ofensiva militar para desalojarlas.
De acuerdo con Unicef, la víspera realizó un recorrido por varias escuelas de la capital siria, donde observó a niños caminar durante media hora y hacer largas filas para acceder al agua, en medio de las bajas temperaturas imperantes.
El Fondo señaló que sus funcionarios han ayudado en Damasco a rehabilitar y equipar unos 120 pozos, que cubren un tercio de las necesidades.
Naciones Unidas rechaza el uso del agua como un arma de guerra.
A partir del corte del servicio por el conflicto, algunos distribuidores privados encarecieron los costos, complicando el escenario.
Wadi Barada fue ocupada en 2014 por el grupo terrorista Frente al Nusra y otras organizaciones, a las cuales el gobierno acusa de utilizar el agua como un arma de guerra, contexto en el que lanzó una ofensiva militar para desalojarlas.
De acuerdo con Unicef, la víspera realizó un recorrido por varias escuelas de la capital siria, donde observó a niños caminar durante media hora y hacer largas filas para acceder al agua, en medio de las bajas temperaturas imperantes.
El Fondo señaló que sus funcionarios han ayudado en Damasco a rehabilitar y equipar unos 120 pozos, que cubren un tercio de las necesidades.
Naciones Unidas rechaza el uso del agua como un arma de guerra.