Líbano e Irán por los canales de cooperación, diálogo y entendimiento
El nuevo primer ministro libanés, Saad Hariri, prometió fomentar relaciones de cooperación, diálogo y entendimiento con Irán en bien de la estabilidad nacional y regional, destacaron analistas internacionales.

El jefe de gobierno recibió al vicecanciller iraní para Asuntos de Africanos y Árabes, Hossein Jaberi Ansari, y la delegación que le acompaña para discutir de cooperación bilateral y la expansión de los vínculos en todos los dominios, pero -a juicio de expertos- sin dudas los mayores retos para las buenas relaciones son Siria, Hizbulah y los países del Golfo.
Para Irán, la clave para sortear diferencias y confrontaciones de varias facciones políticas y sociales en la región es el entendimiento, el acuerdo y el diálogo serio y constructivo.
Ansari, quien tiene previsto reunirse otras autoridades políticas libanesas, en particular con dirigentes de Hizbulah, expresó a periodistas sentirse feliz por reunirse con Hariri.
El diplomático iraní mostró optimismo de que la gestión de Hariri acompañará cambios positivos en la región y abrirá una fase en la cooperación con ese país.
Desde la perspectiva de las fuerzas afines a Hariri, una de las supuestas causas de la parálisis política libanesa fue la incidencia de Hizbulah en los gobiernos anteriores y la estrecha cercanía del partido chiita al país persa.
Ansari reconoció que una de las más importantes influencias de El Líbano en los ámbitos regional e internacional en general en las últimas dos décadas ha sido la resistencia efectiva y activa contra la ocupación, expansión y aventurerismo del régimen sionista.
Funcionarios de Hizbulah admitieron que su lectura de la compleja realidad doméstica apunta al empeño del movimiento Futuro, que lidera Hariri, y de sus aliados en alinearlo con el 'eje del Golfo', que encabeza Arabia Saudita.
Según expertos, el ambiente de la visita de Ansari a Beirut omitió, al menos en público, viejas rencillas y el vicecanciller iraní subrayó que El Líbano ha servido siempre como modelo de coexistencia pacífica de varios grupos étnicos, sociales y políticos, religiones y facciones.
Con todo, a ningún analista escapa el hecho de que Siria, tanto por la guerra que libra desde hace casi seis años como por su histórico rol de valladar árabe contra Israel, será una asignatura siempre sujeta a examen, más aun por la presencia militar de Hizbulah junto a Al-Assad.
Obviamente, los temas bilaterales dominaron las pláticas con autoridades sirias y libanesas, pero el hecho de que las visitas ocurran días después de la reunión tripartita sobre Siria en Moscú de los cancilleres ruso, turco e iraní, induce a pensar que de El Líbano se desee y espere mucho más.
Para Irán, la clave para sortear diferencias y confrontaciones de varias facciones políticas y sociales en la región es el entendimiento, el acuerdo y el diálogo serio y constructivo.
Ansari, quien tiene previsto reunirse otras autoridades políticas libanesas, en particular con dirigentes de Hizbulah, expresó a periodistas sentirse feliz por reunirse con Hariri.
El diplomático iraní mostró optimismo de que la gestión de Hariri acompañará cambios positivos en la región y abrirá una fase en la cooperación con ese país.
Desde la perspectiva de las fuerzas afines a Hariri, una de las supuestas causas de la parálisis política libanesa fue la incidencia de Hizbulah en los gobiernos anteriores y la estrecha cercanía del partido chiita al país persa.
Ansari reconoció que una de las más importantes influencias de El Líbano en los ámbitos regional e internacional en general en las últimas dos décadas ha sido la resistencia efectiva y activa contra la ocupación, expansión y aventurerismo del régimen sionista.
Funcionarios de Hizbulah admitieron que su lectura de la compleja realidad doméstica apunta al empeño del movimiento Futuro, que lidera Hariri, y de sus aliados en alinearlo con el 'eje del Golfo', que encabeza Arabia Saudita.
Según expertos, el ambiente de la visita de Ansari a Beirut omitió, al menos en público, viejas rencillas y el vicecanciller iraní subrayó que El Líbano ha servido siempre como modelo de coexistencia pacífica de varios grupos étnicos, sociales y políticos, religiones y facciones.
Con todo, a ningún analista escapa el hecho de que Siria, tanto por la guerra que libra desde hace casi seis años como por su histórico rol de valladar árabe contra Israel, será una asignatura siempre sujeta a examen, más aun por la presencia militar de Hizbulah junto a Al-Assad.
Obviamente, los temas bilaterales dominaron las pláticas con autoridades sirias y libanesas, pero el hecho de que las visitas ocurran días después de la reunión tripartita sobre Siria en Moscú de los cancilleres ruso, turco e iraní, induce a pensar que de El Líbano se desee y espere mucho más.