Clausura Papa Francisco el Jubileo de la Misericordia (+ Video)
Con el cierre de la Puerta Santa establecida en el atrio de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco clausuró el Jubileo de la Misericordia.

En presencia de miles de feligreses y delegaciones oficiales de una decena de países, entre ellas la de Italia encabezada por el presidente Sergio Mattarella y el primer ministro, Matteo Renzi, el Sumo Pontífice pasó el cerrojo a la última de casi un centenar de puertas abiertas en todo el mundo con motivo del Año de la Misericordia.
Convocado por Francisco, este año santo extraordinario comenzó el 8 de diciembre de 2015 con la apertura de la Puerta Santa recién cerrada, aunque la primera fue la de la Catedral de Nuestra Señora, en Bangui, capital de la República Centroafricana, nueve días antes, durante una visita pastoral del Papa.
En la bula emitida el 11 de abril de 2015 mediante la cual llamó a la celebración de este acontecimiento, Bergoglio afirmó que estaba convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en ese Jubileo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar consuelo a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo.
Este mismo mensaje fue expresado por el Papa durante este período en decenas de intervenciones, en las cuales criticó el individualismo, la insensibilidad y la ausencia de solidaridad con los pobres y excluidos, en especial los inmigrantes y refugiados, obligados a abandonar sus hogares por diferentes motivos.
Francisco pidió que el Jubileo de la Misericordia que concluye continúe dando frutos en el corazón y la obra de los creyentes.
Convocado por Francisco, este año santo extraordinario comenzó el 8 de diciembre de 2015 con la apertura de la Puerta Santa recién cerrada, aunque la primera fue la de la Catedral de Nuestra Señora, en Bangui, capital de la República Centroafricana, nueve días antes, durante una visita pastoral del Papa.
En la bula emitida el 11 de abril de 2015 mediante la cual llamó a la celebración de este acontecimiento, Bergoglio afirmó que estaba convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en ese Jubileo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar consuelo a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo.
Este mismo mensaje fue expresado por el Papa durante este período en decenas de intervenciones, en las cuales criticó el individualismo, la insensibilidad y la ausencia de solidaridad con los pobres y excluidos, en especial los inmigrantes y refugiados, obligados a abandonar sus hogares por diferentes motivos.
Francisco pidió que el Jubileo de la Misericordia que concluye continúe dando frutos en el corazón y la obra de los creyentes.