Nueva resolución antisraelí en Unesco irrita a autoridades de Tel Aviv
Molesto por una segunda resolución antisraelí de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Tel Aviv llamó a consultas a su embajador en ese organismo internacional.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, evidentemente irritado, señaló que el teatro del absurdo continúa y que decidió convocar a su embajador para decidir qué hacer y cuáles serán los próximos pasos hacia esa organización.
La reacción de Netanyahu obedece a una resolución aprobada por el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, que volvió a desvincular a los judíos de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén.
A juicio de Mounir Anastas, el adjunto al embajador palestino en ese organismo internacional, el régimen israelí intenta convertir una cuestión sobre derechos en una sobre religión.
"Israel es la potencia ocupante en Jerusalén Este. La Unesco le pide que cesen sus reiteradas violaciones", dijo.
Con 10 votos a favor, 2 en contra y 8 abstenciones, el texto expresa profunda preocupación del organismo sobre las obras de construcción y excavaciones arqueológicas de Israel en la ciudad vieja de Jerusalén.
El documento mantiene a la ciudad vieja de Jerusalén en la lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro, critica la gestión de Tel Aviv y se refiere a la Explanada de las Mezquitas solo en su nombre árabe, el de Mezquita Al-Aqsa, y no como Monte del Templo, denominación para los judíos.
La medida que irritó a las autoridades del régimen israelí, se tomó una semana después de que el Consejo Ejecutivo de la Unesco aprobó una resolución similar, la cual subraya que la Explanada es sagrada solo para los musulmanes.
En señal de protesta, el embajador israelí en la Unesco, Carmel Shama-Hacohen, lanzó una copia del texto a un cubo de basura que tenía escrita la palabra historia.
Anastas denunció la medida de Shama-Hacohen, al que acusó de intentar politizar el asunto de forma peligrosa.
La reacción de Netanyahu obedece a una resolución aprobada por el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, que volvió a desvincular a los judíos de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén.
A juicio de Mounir Anastas, el adjunto al embajador palestino en ese organismo internacional, el régimen israelí intenta convertir una cuestión sobre derechos en una sobre religión.
"Israel es la potencia ocupante en Jerusalén Este. La Unesco le pide que cesen sus reiteradas violaciones", dijo.
Con 10 votos a favor, 2 en contra y 8 abstenciones, el texto expresa profunda preocupación del organismo sobre las obras de construcción y excavaciones arqueológicas de Israel en la ciudad vieja de Jerusalén.
El documento mantiene a la ciudad vieja de Jerusalén en la lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro, critica la gestión de Tel Aviv y se refiere a la Explanada de las Mezquitas solo en su nombre árabe, el de Mezquita Al-Aqsa, y no como Monte del Templo, denominación para los judíos.
La medida que irritó a las autoridades del régimen israelí, se tomó una semana después de que el Consejo Ejecutivo de la Unesco aprobó una resolución similar, la cual subraya que la Explanada es sagrada solo para los musulmanes.
En señal de protesta, el embajador israelí en la Unesco, Carmel Shama-Hacohen, lanzó una copia del texto a un cubo de basura que tenía escrita la palabra historia.
Anastas denunció la medida de Shama-Hacohen, al que acusó de intentar politizar el asunto de forma peligrosa.