FARC-EP y gobierno colombiano retoman diálogos en La Habana
Representantes de las FARC-EP y el gobierno colombiano retomaron en La Habana las sesiones de diálogo encaminadas a finalizar el conflicto armado que sostienen por más de medio siglo, en un año llamado a ser el de la paz.
En declaraciones a la prensa, el negociador por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Joaquín Gómez, calificó de poco probable la materialización de un acuerdo entre las partes en la fecha fijada.
Hacemos hasta lo imposible, sostuvo Gómez, pero hay factores objetivos que atañen a ambas partes y que seguramente impedirán la firma de la paz el 23 de marzo, día anunciado en septiembre por el presidente Juan Manuel Santos y el líder del grupo insurgente, Timoleón Jiménez.
La ronda iniciada este miércoles, primera de 2016, se espera abra una nueva etapa en el proceso, caracterizada por un mayor dinamismo que facilite el término de una confrontación armada que ha causado la muerte a unas 300 mil personas.
En días pasados, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, manifestó la intención de instalar una especie de mesa o cónclave permanente, de la que las delegaciones no deberían levantarse hasta alcanzar el objetivo común.
La modalidad sustituiría el esquema de ciclos con descansos intermedios, instituido desde el comienzo de las negociaciones, y según el presidente permitiría agilizar el intercambio en pos del acuerdo final, instrucción expresa que dio al equipo de paz gubernamental.
En la búsqueda del armisticio definitivo aún quedan "escollos importantes" como la dejación de las armas, desmovilización de los guerrilleros y su reintegración a la sociedad.
Otro asunto polémico a resolver es la definición del mecanismo que valide por la vía popular los consensos alcanzados. El gobierno defiende la realización de un plebiscito, mientras que las FARC-EP abogan por una Asamblea Nacional Constituyente.
Hacemos hasta lo imposible, sostuvo Gómez, pero hay factores objetivos que atañen a ambas partes y que seguramente impedirán la firma de la paz el 23 de marzo, día anunciado en septiembre por el presidente Juan Manuel Santos y el líder del grupo insurgente, Timoleón Jiménez.
La ronda iniciada este miércoles, primera de 2016, se espera abra una nueva etapa en el proceso, caracterizada por un mayor dinamismo que facilite el término de una confrontación armada que ha causado la muerte a unas 300 mil personas.
En días pasados, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, manifestó la intención de instalar una especie de mesa o cónclave permanente, de la que las delegaciones no deberían levantarse hasta alcanzar el objetivo común.
La modalidad sustituiría el esquema de ciclos con descansos intermedios, instituido desde el comienzo de las negociaciones, y según el presidente permitiría agilizar el intercambio en pos del acuerdo final, instrucción expresa que dio al equipo de paz gubernamental.
En la búsqueda del armisticio definitivo aún quedan "escollos importantes" como la dejación de las armas, desmovilización de los guerrilleros y su reintegración a la sociedad.
Otro asunto polémico a resolver es la definición del mecanismo que valide por la vía popular los consensos alcanzados. El gobierno defiende la realización de un plebiscito, mientras que las FARC-EP abogan por una Asamblea Nacional Constituyente.