Prosigue diálogo entre Egipto, Etiopía y Sudán sobre presa Renacimiento
Los cancilleres y titulares de Recursos Hidráulicos de Egipto, Etiopía y Sudán prolongaron hasta hoy sus conversaciones en busca de un pacto relacionado con la presa Gran Renacimiento (GERD).

Asi lo confirmó el ministro de
Relaciones Exteriores de Sudán, Ibrahim Ghandour, quien precisó que los
cancilleres estaban a la espera de algunos textos remitidos para consulta a las
máximas autoridades de sus respectivos países.
Ghandour destacó que ayer todos se reunieron durante varias horas y alcanzaron entendimientos en algunos asuntos, sin precisar más detalles.
A fines del primer trimestre de este año los mandatarios de Egipto, Etiopía y Sudán rubricaron en esta capital un texto de principios que estipuló continuar con las vías políticas y técnicas y realizar estudios para proteger las aguas del Nilo de los tres países.
El año precedente grupos de expertos locales de El Cairo, Addis Abeba y de este país recomendaron a sus jefes de Estado realizar dos estudios adicionales sobre la GERD.
Uno de ellos acerca del efecto de la presa en la porción de agua de Egipto y Sudán y el otro sobre los daños ambientales, económicos y sociales en las naciones que se benefician de las aguas del Nilo.
La GERD cuando esté terminada en 2017 será la mayor hidroeléctrica de toda África y contará con 16 turbinas capaces de generar seis mil megavatios de energía eléctrica.
El Cairo se opone la construcción del gran espejo de agua, porque considera que el embalse perjudica a unos 85 millones de personas que en Egipto dependen del río Nilo para satisfacer sus necesidades de agua.
La aludida vía fluvial tiene una extensión de mil 500 kilómetros y un caudal de dos mil 350 metros cúbicos por segundos, nace en Etiopía y corre también por Sudán, donde se une, en Jartúm, con el Nilo Blanco.
Esa unión forma el río Nilo, la mayor corriente fluvial de África y segunda del mundo, después del Amazonas. El río Nilo beneficia también a la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Kenya, Burundi, Eritrea, Tanzania, Ruanda y Uganda.
Etiopía empezó a construir la GERD en 2011, inversión valorada en cerca de cinco mil millones de dólares.
La obra está situada en la región de Benishangul-Gumuzen, a unos 40 kilómetros del territorio sudanés y forma parte de una red de exportación de electricidad barata a los países de la región.
Ghandour destacó que ayer todos se reunieron durante varias horas y alcanzaron entendimientos en algunos asuntos, sin precisar más detalles.
A fines del primer trimestre de este año los mandatarios de Egipto, Etiopía y Sudán rubricaron en esta capital un texto de principios que estipuló continuar con las vías políticas y técnicas y realizar estudios para proteger las aguas del Nilo de los tres países.
El año precedente grupos de expertos locales de El Cairo, Addis Abeba y de este país recomendaron a sus jefes de Estado realizar dos estudios adicionales sobre la GERD.
Uno de ellos acerca del efecto de la presa en la porción de agua de Egipto y Sudán y el otro sobre los daños ambientales, económicos y sociales en las naciones que se benefician de las aguas del Nilo.
La GERD cuando esté terminada en 2017 será la mayor hidroeléctrica de toda África y contará con 16 turbinas capaces de generar seis mil megavatios de energía eléctrica.
El Cairo se opone la construcción del gran espejo de agua, porque considera que el embalse perjudica a unos 85 millones de personas que en Egipto dependen del río Nilo para satisfacer sus necesidades de agua.
La aludida vía fluvial tiene una extensión de mil 500 kilómetros y un caudal de dos mil 350 metros cúbicos por segundos, nace en Etiopía y corre también por Sudán, donde se une, en Jartúm, con el Nilo Blanco.
Esa unión forma el río Nilo, la mayor corriente fluvial de África y segunda del mundo, después del Amazonas. El río Nilo beneficia también a la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Kenya, Burundi, Eritrea, Tanzania, Ruanda y Uganda.
Etiopía empezó a construir la GERD en 2011, inversión valorada en cerca de cinco mil millones de dólares.
La obra está situada en la región de Benishangul-Gumuzen, a unos 40 kilómetros del territorio sudanés y forma parte de una red de exportación de electricidad barata a los países de la región.