Rusia habría reaccionado con más fuerza si el SU-24 hubiera sido derribado por Estados Unidos en lugar de Turquía, afirma Brzezinski
El antiguo alto asesor estadounidense Zbigniew Brzezinski consideró que Rusia habría reaccionado con mucha más fuerza si su bombardero hubiese sido derribado por Estados Unidos en lugar de Turquía.

“Creo que hubo bastante suerte en que el derribo de Turquía no lo hiciéramos nosotros, porque la capacidad de Putin para digerirlo habría sido mucho menor”, expresó el exconsejero de Seguridad Nacional de la Presidencia estadounidense en una entrevista a la página Politico.com.
Brzezinski también se alegró de que no fuera algún tipo de incidente en las repúblicas bálticas, donde la propensión rusa a reaccionar sería mayor.
Añadió que la capacidad de respuesta báltica hubiera sido mínima, y la necesidad de una respuesta contundente por parte de Estados Unidos hubiera sido una evidencia.
El llamado Halcón durante la Guerra Fría, si bien estimó que en la actualidad los intereses de Washington y Moscú están mucho más alineados, subrayó que las tensiones son serias pero no desastrosas.
En cierto modo, -señaló- si prevalecen el sentido común y la inteligencia, podrían incluso ser saludables, no solo para gestionar un espinoso problema regional, sino para abordar las consecuencias —potencialmente destructivas a un nivel más global— de un sistema mundial dominado por tres superpotencias.
El exconsejero afirmó que Moscú es consciente de que una escalada sería “un camino a ninguna parte”.
A juicio de Brzezinski, toda escalada a propósito del incidente entre Occidente y Rusia podría desencadenar un gran conflicto con consecuencias de verdad destructivas.
El analista es partidario de un acercamiento entre Washington y Moscú en cuanto a la solución política a la crisis siria, pese a que Estados Unidos busca la salida del poder del presidente electo del país árabe, Bashar al-Assad, mientras que Rusia defiende la prioridad de la lucha antiterrorista.
“No hay ningún gran beneficio nacional para Rusia en que Al-Assad permanezca en el cargo de forma indefinida, ni hay ningún gran beneficio nacional para Estados Unidos en forzar que dimita de inmediato, pero sí hay un interés común en evitar una colisión importante entre ambos países", observó el exconsejero.
Brzezinski también se alegró de que no fuera algún tipo de incidente en las repúblicas bálticas, donde la propensión rusa a reaccionar sería mayor.
Añadió que la capacidad de respuesta báltica hubiera sido mínima, y la necesidad de una respuesta contundente por parte de Estados Unidos hubiera sido una evidencia.
El llamado Halcón durante la Guerra Fría, si bien estimó que en la actualidad los intereses de Washington y Moscú están mucho más alineados, subrayó que las tensiones son serias pero no desastrosas.
En cierto modo, -señaló- si prevalecen el sentido común y la inteligencia, podrían incluso ser saludables, no solo para gestionar un espinoso problema regional, sino para abordar las consecuencias —potencialmente destructivas a un nivel más global— de un sistema mundial dominado por tres superpotencias.
El exconsejero afirmó que Moscú es consciente de que una escalada sería “un camino a ninguna parte”.
A juicio de Brzezinski, toda escalada a propósito del incidente entre Occidente y Rusia podría desencadenar un gran conflicto con consecuencias de verdad destructivas.
El analista es partidario de un acercamiento entre Washington y Moscú en cuanto a la solución política a la crisis siria, pese a que Estados Unidos busca la salida del poder del presidente electo del país árabe, Bashar al-Assad, mientras que Rusia defiende la prioridad de la lucha antiterrorista.
“No hay ningún gran beneficio nacional para Rusia en que Al-Assad permanezca en el cargo de forma indefinida, ni hay ningún gran beneficio nacional para Estados Unidos en forzar que dimita de inmediato, pero sí hay un interés común en evitar una colisión importante entre ambos países", observó el exconsejero.