Cuba y Estados Unidos restablecen relaciones diplomáticas: inicio de un largo y complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales
Este 1 de julio de 2015, el Presidente cubano, Raúl Castro Ruz, y su homólogo de Estados Unidos de América, Barack Obama, intercambiaron cartas mediante las cuales confirmaron la decisión de restablecer relaciones diplomáticas entre los dos países y abrir misiones diplomáticas permanentes en las respectivas capitales, a partir del 20 de julio de 2015, precisa la Declaración del Gobierno Revolucionario de Cuba.

Al formalizar este paso, Cuba y los Estados Unidos
ratificaron la intención de desarrollar relaciones respetuosas y de cooperación
entre ambos pueblos y gobiernos, basadas en los principios y propósitos
consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, en
particular, las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y
Consulares.
El Gobierno de Cuba toma la decisión de restablecer las
relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en pleno ejercicio de su
soberanía, invariablemente comprometido con sus ideales de independencia y
justicia social, y de solidaridad con las causas justas del mundo, y en
reafirmación de cada uno de los principios por los que nuestro pueblo ha
derramado su sangre y corrido todos los riesgos, encabezado por el líder
histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz.

Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y
la apertura de embajadas, concluye la primera etapa de lo que será un largo y
complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales.
El documento afirma que no podrá haber relaciones
normales entre Cuba y los Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo
económico, comercial y financiero que se aplica con todo rigor, provoca daños y
carencias al pueblo cubano, es el obstáculo principal al desarrollo de nuestra
economía, constituye una violación del Derecho Internacional y afecta los
intereses de todos los países, incluyendo los de los Estados Unidos.

Para alcanzar la normalización será indispensable -indica
la Declaración- también que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por
la Base Naval en Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas
hacia Cuba que son violatorias de las normas internacionales y lesivas a
nuestra soberanía, se eliminen los programas dirigidos a promover la subversión
y la desestabilización internas, y se compense al pueblo cubano por los daños
humanos y económicos provocados por las políticas de los Estados Unidos.
Al recordar los temas pendientes de solución entre los
dos países, el gobierno cubano reconoce las decisiones adoptadas hasta el
momento por el presidente Obama, de excluir a Cuba de la lista de Estados
patrocinadores del terrorismo internacional, de instar al Congreso de su país a
levantar el bloqueo y de comenzar a adoptar medidas para modificar la
aplicación de aspectos de esta política en uso de sus prerrogativas
ejecutivas.

Cuba afirma que estas relaciones deberán cimentarse en el
respeto absoluto a nuestra independencia y soberanía; el derecho inalienable de
todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y cultural, sin
injerencia de ninguna forma; y la igualdad soberana y la reciprocidad, que
constituyen principios irrenunciables del Derecho Internacional.
Reitera la disposición a mantener un diálogo respetuoso
con el Gobierno de los Estados Unidos y a desarrollar relaciones de convivencia
civilizada, basadas en el respeto a las diferencias entre ambos gobiernos y en
la cooperación en temas de beneficio mutuo, y continuará enfrascada en el
proceso de actualización de su modelo económico y social, para construir un
socialismo próspero y sostenible, avanzar en el desarrollo del país y
consolidar los logros de la Revolución.