Apuestas sobre el Sur sirio
La ubicación estratégica de las áreas de al Swaida y al Qunaitra, con una mayoría drusa entre su población, la convirtió desde hace varias semanas en objetivo de los ataques. Las apuestas israelíes, regionales y confesionales, con el propósito de modificar la identidad y el papel de dicha región no han tenido éxito, pero tampoco han fracasado aún.
Muchas apuestas se han cruzado sobre el sur sirio,
particularmente las regiones de mayoría drusa, donde se libran batallas
sumamente sensibles entre el ejército sirio, con el apoyo de los grupos de la
Defensa Nacional, por un lado, y los grupos armados que son
manejados por el comando de operaciones Mok, en Jordania, por el otro. Los
ejércitos de al Fateh y Harmoun, siendo su pilar el Frente al Nusrah,
amenazan con preparativos de ataques a gran escala. El ataque contra
un vehículo que trasladaba a heridos de al Nusrah fue un indicador
del ánimo general de los drusos, la naturaleza de los enfrentamientos actuales,
sobre todo aquellos en los que los drusos de las regiones del sur de Siria
jugaron un papel clave, había hecho caer las apuestas de neutralizar
esa masa drusa de la población, separándola del resto de la nación.
Los hechos sobre el terreno y las posiciones políticas
han demostrado hasta ahora el fracaso de los esfuerzos liderados por el
diputado libanés Walid Jumblatt desde su posición de liderazgo dentro de la
comunidad drusa. En uno de los nuevos documentos de Wikileaks se
cita al jefe de la Inteligencia General de Arabia Saudita, Mukren Bin AbdelAziz,
cuando señala que el diputado libanés Walid Jumblatt quiere
utilizar parte del apoyo qatarí para comprar armas para los drusos en Siria,
así como para dar apoyo a los disidentes del ejército regular con el
fin de unirse al ejército libre y enfrentar al régimen a través de
manifestaciones en apoyo a la revolución. Después de años de trabajo, esta
tendencia no ha logrado un éxito decisivo, ya que desde Swaida y las aldeas
vecinas la mayoría de los que pertenecen a esa comunidad
acuden para tomar las armas con el fin de repeler las invasiones
contra su región y desde al Swaida hasta Magdal Shams, en el Golán ocupado, se
elevan las consignas de apoyo a la batalla en contra de los grupos armados,
afirmando la pertenencia a la patria
siria.
La
apuesta más peligrosa en cuanto al papel de los drusos sirios la lideró la
inteligencia israelí, usando la tácticas del palo y la zanahoria, que es la
política utilizada por Tel Aviv para apoderarse de la decisión de los drusos,
la cual consta de apoyar y facilitar la acción de los militantes armados, entre
ellos al Nusrah, para sacudir la voluntad de la población, a cambio de filtrar
mensajes en los que prometen protección y cuidado. La posición de los drusos de
la región, a pesar de las intervenciones y las tentaciones, era una firme en
rechazar la protección regional israelí y afirmar su adhesión al Estado
sirio.