Bashar al-Assad y Staffan de Mistura condena terrorismo financiado, armado y patrocinado por Estados Unidos y la coalición árabe contra Siria
El presidente sirio, Bashar al-Assad,
llamó a adoptar una postura clara y valiente contra los que financian, arman y
facilitan las movilizaciones de los extremistas armados, y todos los que
ignoran la aplicación y el compromiso con las resoluciones del Consejo de
Seguridad de la ONU en materia de lucha contra el terrorismo.
Durante el encuentro sostenido en
Damasco con el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, y la delegación
que le acompaña para repasar los resultados de las consultas sostenidas en
Ginebra con los representantes de diferentes componentes de la sociedad siria,
Al-Assad reflexionó sobre el peligro que constituye el terrorismo para la
seguridad y estabilidad de su país y la región.
El funcionario de Naciones Unidas
explicó al jefe de Estado los próximos pasos de su gestión, encaminados a
completar su informe acerca de Siria, que presentará al Consejo de Seguridad de
la ONU a finales de julio próximo.
Durante la reunión, Al-Assad y De
Mistura también conversaron sobre la reciente masacre perpetrada por los
terroristas armados contra civiles en la ciudad de Alepo, que provocó la muerte
de 36 civiles, entre ellos 12 niños y más de 120 heridos, la mayoría menores de
edad, mujeres y ancianos.
De Mistura coincidió con al-Assad en que
el principal peligro que amenaza a Siria es el terrorismo financiado, armado y
patrocinado por países como Estados Unidos, varias potencias occidentales
europeas y Turquía, así como Arabia Saudita y Qatar, y que lo más importante
hoy es recuperar la seguridad y la estabilidad de Siria, y preservar su
soberanía e integridad territorial.
Por su parte, el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Siria -en misiva enviada a Naciones Unidas y divulgada
hoy en medios locales, condenó el artero ataque contra la población civil en la
ciudad de Alepo, a 350 kilómetros al noreste de esta capital y responsabilizó
de esta criminal agresión a los grupos que Occidente califica como
"oposición armada moderada", y a los países que les brindan refugio,
apoyo financiero y armamentístico, como Arabia Saudita, Qatar, Jordania,
Turquía e Israel.
El documento insiste en que estas
atrocidades se comenten en medio del silencio de algunos miembros del Consejo
de Seguridad de la ONU, lo que corrobora la política de doble rasero aplicada
por la comunidad internacional en materia de lucha contra el terrorismo.
Siria
pidió a la ONU se adopten medidas severas contra las organizaciones terroristas
y sus protagonistas, y reafirmó la decisión de seguir luchando contra el
terrorismo y defender al pueblo de este país árabe.