Camp David: Nuevos gestos al rescate de una vieja alianza estratégica

Conscientes de que será imposible solucionar problemas medulares, los países árabes del golfo Pérsico y Estados Unidos inician este miércoles la cumbre de Camp David. Obama intentará contentar a los aliados en Oriente Medio, con el propósito demostrar que las negociaciones para un acuerdo nuclear con Irán en nada empeñarán la vieja alianza.
Si bien Arabia Saudita manifestó su desacuerdo por las tratativas de Washington con Teherán, la débil representación en Camp David de los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), con la excepción de Qatar y Kuwait, evidencian que los lazos de amistad "estratégicos y multifacéticos" no pasan por sus mejores momentos.
Analistas políticos consideran que los socios árabes de Obama en la región del golfo no están convencidos de que el proceso negociador entre Estados Unidos y la nación persa no sea a expensas de los viejos lazos que los unen.
Para los miembros del CCG, Irán continuará desarrollando su capacidad de hacerse con el arma nuclear, y el levantamiento de las sanciones económicas a la república islámica, como parte del eventual acuerdo, le dará más fuerza y autoridad para incidir en conflictos regionales.
La solución de conflictos como los de Yemen, Siria y Libia, la exploración de vías para incrementar la cooperación y los nexos económicos y comerciales CCG-Estados Unidos se incluirán en la agenda de debates, pero según expertos presagian serán intrascendentes, si -como ocurre hasta ahora- se soslaya el efecto desestabilizador de otros grupos extremistas que combaten contra Damasco, como el Frente Al-Nusra, filial de la red Al-Qaeda en Siria que intenta derrocar al gobierno de Bashar Al-Assad, a la par del EI, financiado, armado y apoyado por el CCG, según reiteradas denuncias sirias e iraquíes.
Noticias de última hora dan cuenta que el príncipe heredero Salman bin Hamad Al Khalifa representará a Bahrein en la cita estadounidense. Según fuentes de la Casa Real, Salman bin Hamad tendrá una participación efectiva y se reunirá con Obama para tratar asuntos ligados a la estabilidad y seguridad regionales. No puede perderse de vista que Bahrein es sede de la Quinta Flota norteamericana desplegada en el golfo Pérsico.
¿Podrá aportar la cumbre de Camp David soluciones a la insuficiente cooperación de seguridad de Estados Unidos con las seis naciones árabes? ¿Podrá revertir la situación de crisis incontrolable a la que se ve arrastrada la región del Golfo, golpeada por continuas fricciones?
Especialistas sostienen el criterio de que la persistencia de diferencias entre Doha y Riad, y la negativa de Omán a integrar la coalición que ataca a Yemen, ilustran que el CCG está lejos de ser una alianza monolítica y que Obama precisa gestos para contentar a sus socios.
Si bien Arabia Saudita manifestó su desacuerdo por las tratativas de Washington con Teherán, la débil representación en Camp David de los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), con la excepción de Qatar y Kuwait, evidencian que los lazos de amistad "estratégicos y multifacéticos" no pasan por sus mejores momentos.
Analistas políticos consideran que los socios árabes de Obama en la región del golfo no están convencidos de que el proceso negociador entre Estados Unidos y la nación persa no sea a expensas de los viejos lazos que los unen.
Para los miembros del CCG, Irán continuará desarrollando su capacidad de hacerse con el arma nuclear, y el levantamiento de las sanciones económicas a la república islámica, como parte del eventual acuerdo, le dará más fuerza y autoridad para incidir en conflictos regionales.
La solución de conflictos como los de Yemen, Siria y Libia, la exploración de vías para incrementar la cooperación y los nexos económicos y comerciales CCG-Estados Unidos se incluirán en la agenda de debates, pero según expertos presagian serán intrascendentes, si -como ocurre hasta ahora- se soslaya el efecto desestabilizador de otros grupos extremistas que combaten contra Damasco, como el Frente Al-Nusra, filial de la red Al-Qaeda en Siria que intenta derrocar al gobierno de Bashar Al-Assad, a la par del EI, financiado, armado y apoyado por el CCG, según reiteradas denuncias sirias e iraquíes.
Noticias de última hora dan cuenta que el príncipe heredero Salman bin Hamad Al Khalifa representará a Bahrein en la cita estadounidense. Según fuentes de la Casa Real, Salman bin Hamad tendrá una participación efectiva y se reunirá con Obama para tratar asuntos ligados a la estabilidad y seguridad regionales. No puede perderse de vista que Bahrein es sede de la Quinta Flota norteamericana desplegada en el golfo Pérsico.
¿Podrá aportar la cumbre de Camp David soluciones a la insuficiente cooperación de seguridad de Estados Unidos con las seis naciones árabes? ¿Podrá revertir la situación de crisis incontrolable a la que se ve arrastrada la región del Golfo, golpeada por continuas fricciones?
Especialistas sostienen el criterio de que la persistencia de diferencias entre Doha y Riad, y la negativa de Omán a integrar la coalición que ataca a Yemen, ilustran que el CCG está lejos de ser una alianza monolítica y que Obama precisa gestos para contentar a sus socios.