Una nueva creatividad en el grabado de los iconos bizantinos
¡Qué alegría al ver a un cura cuidar con tan amor a su parroquia, así como al arte que trata de preservar! Un arte particular, único y totalmente manual para salvar un patrimonio nacional: los iconos bizantinos
El Ícono de cobre es un antiguo arte eclesiástico. Pero el tipo de Íconos que trabaja el cura Bachar Kurra es muy original y de cobre puro. Como él lo expresa: “Primero dibujamos el ícono en unas de las láminas de cobre, de modo que sus líneas básicas aparezcan en el otro lado. Luego, al presionar sobre esta segunda cara, con un palo de madera y algunos bolígrafos, solo de madera, según una técnica que se llama ‘Bals’, las características del ícono comienzan a aparecer en la primera cara. Lo que necesita de gran destreza y paciencia para preservar el espíritu del ícono. Por fin, para resistir al tiempo, la obra se aísla con materiales especiales. Todo el problema está en la presión sobre el cobre. ¡Sin martillo, ni cuchillo!”
¿Pero, por qué los íconos bizantinos?
“Yo soy dibujante de íconos de formación, además los había estudiado en las clases de teología. Desde hace algunos años, quería inventar otro tipo de arte, un arte complementario para preservar este patrimonio. Y lo más raro es que hay muchos jóvenes que se han interesado en él, porque es un arte nuevo. ¡Nunca fue aprendido antes! Lo logré con mucho esfuerzo personal. Es un arte que necesita mucha precisión en cada acción que se realiza. Sin embargo, el resultado es magnífico y muy apreciado", cuenta el padre Bachar.
Dentro de todas sus obras, la más famosa es “La virgen del encuentro”. El Padre Bachar explica con mucha alegría su significado: “Son 114 placas de cobre de la Virgen María, cada una grabada individualmente hasta combinarlas al final en una placa única sobre un área de 50 metros cuadrados. Esta cifra representa los 114 suras del Corán. El ícono está en el gran monasterio de Sednaya, y fue inaugurado en presencia de muchas personalidades religiosas de diferentes comunidades y creencias. Era un gran encuentro pacífico durante el mes de Ramadán de 2010. Desde entonces, realicé muchas otras obras en Siria, en el Líbano, en Venezuela, y un iconostasio completo en Chile".
En cuanto al porvenir, el padre Bachar nos dice: “Ahora, en mi taller hay más de 12 jóvenes que aprenden y aportan mucho a este arte en creatividad e ideas. El bemol de nuestro trabajo es el precio del cobre que queda muy caro. Encontramos en Damasco todas las materias primas necesarias, como el pegamento o la resina, pero siguen siendo carísimas”.
¡Qué lastima para este artista que quiere seguir con sus sueños y sus proyectos a pesar de todo!
Le gustaría impulsar su trabajo con el uso de cobre sobre las mesas y los armarios, añadiendo el circón para embellecer los objetos. Hasta un revestimiento total del interior de una iglesia con cobre, que será la única obra artística de este tipo en el mundo.