Elena Poniatowska: ¡Qué me recuerden como quiera!
El 19 de mayo de 2022, la autora y activista mexicana cumple nueve décadas de vida.
A los 90 años, que cumple este jueves, la Premio Cervantes Elena Poniatowska sospecha contar con algo de talento para escribir, aunque cree que la curiosidad y la capacidad de trabajo han sido la semilla de sus más de 40 libros.
“El origen de todo está en la curiosidad, también he sido muy machetera (trabajadora), esperemos que con algo de talento”, dice a la agencia Efe la reconocida escritora.
Elenísima celebra
Hélène Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska ─su nombre real─ nació en París en 1932. Fue fruto del matrimonio entre la aristócrata mexicana Paula Amor y el príncipe Jean E. Poniatowski, descendiente directo del último rey de Polonia.
La guerra en Europa separó a la familia. Su padre partió a pelear contra nazis y franquistas y envió a su mujer e hijas ─Kitzia y Elena─ a México, donde la hoy creadora llegó a los diez años. Allí aprendió español en la calle, inglés en el colegio y mucho después adoptaría la nacionalidad mexicana.
Periodismo y literatura
En su juventud, Poniatowska rompería la tradición. Se rehusó a ser una mujer sumisa, a un casamiento socialmente convenido. En ese entonces, se aventuró en el reporterismo.
Después creció con crónicas como La noche de Tlatelolco y novelas del nivel de Hasta no verte Jesús mío, premio Mazatlán; Piel de cielo, premio Alfaguara; Leonora, premio Biblioteca Breve; El tren pasa primero, Premio Rómulo Gallegos; Dos veces única, y la más reciente El amante polaco.
Esta autora fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Periodismo en 1978 en México, también la primera mexicana en ser nominada al Príncipe de Asturias de las Letras. En 2013, con 81 años, obtuvo el Premio Cervantes de Literatura, el más destacado de la lengua española.
Sin embargo, Elena no presume de sus distinciones. “Que me recuerden como lo que quieran, si es que me recuerdan; no me preocupa eso. Si me dicen periodista, qué bueno; escritora, qué bueno, lo que sea”, porque en su opinión, “el buen periodismo y la literatura no deben perderse, siempre pueden mover conciencias”.