Todo transcurre primero en los discos de Jordi Sabatés. En el mismo lugar donde confluyen el jazz y el rock, están los flamencos, los cinemas en concierto, Méliès, Chomón, Murnau y Buster Keaton. 

Junto a la icónica música de Sabatés, también se asoma el público que respiró a través de sus melodías. Eso bien lo sabe el Instituto Cervantes en El Líbano, el primer país que organiza un concierto póstumo al artista.

“El homenaje al pianista y compositor español en las ciudades de Baalbeck, Beirut y Trípoli reconoció más de 50 años de vida musical y de acercamiento al cine silente de principios del siglo XX”, relata Yolanda Soler, directora de la institución española en Beirut.  

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Hace tan solo unos pocos meses, el Centro Cervantes había anunciado un evento especial con Sabatés. Para la ocasión y debido al fallecimiento prematuro del músico en enero de este año, el instituto mantuvo el programa y remasterizó una presentación de 14 videos.

Estos audiovisuales posibilitaron al espectador viajar en el tiempo por las películas silentes que el pianista musicalizó, como Ah, la barbe (1905), Le charmeur (1906) y El hotel eléctrico (1908).

Muy agradecida con la iniciativa del Cervantes, la viuda del reconocido artista, Anna Pomerol, comenta que la actividad antecedió a un grupo de acciones que se están organizando en España. De esta forma, la institución reafirma su interés por promocionar el arte y las letras de las naciones de habla hispana. 

Sabatés, nacido en Barcelona en 1948, se inició profesionalmente en los años 60 del pasado siglo. Su trabajo a partir del cine mudo de Chomón le valió al creador entre muchos reconocimientos el Premio de Honor por el Fomento de las Artes y el Diseño Sebastià Gasch en 2013.