Icaic y cine de Cuba: 64 años de una escuela
Filmes como "Memorias del subdesarrollo", "Lucía", "Elpidio Valdés" o "Clandestinos" sobresalen entre las producciones de la industria en la Isla.
A 64 años de su creación, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) cuenta con cientos de películas de ficción y documentales.
Desde su fundación el 24 de marzo de 1959, a pocos meses del triunfo de la Revolución, la entidad inició su periplo bajo el liderazgo del intelectual Alfredo Guevara y el propósito de desarrollar un audiovisual de carácter nacional.
En aquel entonces, nacieron entrañables obras que dieron voz a los antiguos marginados sociales y los héroes vencedores como los obreros, las mujeres o los campesinos.
Sobresalió en esta época la producción del realizador Tomás Gutiérrez Alea Memorias del subdesarrollo (1968), considerada por muchos el mejor filme iberoamericano del siglo XX.
Con el protagonismo del actor Sergio Corrieri, la historia introspectiva e irónica mostró las contradicciones de un burgués, en medio de una vertiginosa y nueva etapa.
Los imaginativos recursos expresivos, el guion y las logradas caracterizaciones hicieron del material una cinta maestra, según los expertos.
El filme Lucía, dirigido por Humberto Solás, fue otra de las obras distinguidas durante la década de 1960.
Este clásico relató las experiencias de tres mujeres nombradas de igual forma a lo largo de diferentes momentos de la historia de Cuba.
La narrativa comenzó a finales del siglo XIX con la vida de una aristócrata de ideas revolucionarias, enamorada y traicionada por un oficial ibérico.
Mientras en el segundo momento Lucía fue una joven madre soltera de la década de 1930, que luchó clandestinamente contra el gobierno de Gerardo Machado.
La trama cerró en los albores del nacimiento de la Revolución, y el personaje principal, en esta ocasión, fue una campesina que enfrentó los viejos prejuicios del machismo.
Interpretada por Raquel Revuelta, Eduardo Moure, Eslinda Núñez, Ramón Brito, Adela Legrá y Adolfo Llauradó, la producción mereció el Premio de Oro por su excelente dirección en el Festival Internacional de Cine de Moscú (1969).
Durante la década de 1970 vio la luz la primera película de animación cubana Elpidio Valdés, de Juan Padrón.
Inspirada en una historieta creada por el mismo director, la cinta tomó como referencia las vivencias de los luchadores mambises a lo largo de las guerras independentistas contra el colonialismo español.
Desde hace décadas, la producción alcanzó la categoría de tradición cultural entre generaciones de niños y jóvenes como expresión de la nacionalidad cubana.
La épica histórica y revolucionaria llegó también con el título Clandestinos, dirigido por Fernando Pérez en 1987.
Con la actuación estelar de Isabel Santos y Luis Alberto García, el largometraje relató la vida de un grupo de jóvenes que lucharon contra la tiranía de Fulgencio Batista durante los años cincuenta del pasado siglo.
Además de un recorrido por esos años, también reveló el amor entre los personajes Ernesto y Nereida en medio de este escenario convulso.
En 2012 la cinematografía histórica regresó con José Martí. El ojo del canario, también de Fernando Pérez.
Probablemente esta resultó la película de mejor reconstrucción de época (mediados del siglo XIX) del cine cubano en sus últimos 25 años.
Con pocos recursos reprodujo los episodios de la infancia y adolescencia de José Martí, el Héroe Nacional de la mayor de las Antillas.