Castillo del Mar de Saida muestra diversidad cultural de Líbano
La fortaleza permite a los visitantes observar desde el Mediterráneo la tercera ciudad en importancia del país levantino.
El Castillo del Mar de Saida constituye una de las joyas arquitectónicas más visitadas en Líbano por turistas nacionales y extranjeros.
Golpeado por el paso del tiempo, sus dos gigantes torres, una mezquita en el interior y el puente que conecta con el litoral perpetúan la majestuosidad de una construcción de herencia fenicia, romana e islámica.
Ubicada en el paseo marítimo de la urbe sureña, a más de 40 kilómetros de la capital, la fortaleza permite a los visitantes observar desde el Mediterráneo la tercera ciudad en importancia del país levantino.
La edificación construida en la época de Las Cruzadas en 1228 sobre una pequeña isla unió al recinto con la localidad a través de una calzada de 80 metros con nueve arcas.
En un principio, el Castillo fungió como un templo dedicado a rezar y orar por el dios Melkart, la versión fenicia de Hércules.
Un elemento distintivo en la antigüedad de este morro son las piedras negras en los muros de su entrada que se mantienen a pesar de las renovaciones de la fachada después de soportar varias guerras.
Típico de la arquitectura militar de Las Cruzadas, las paredes exteriores de las columnas se utilizaron como refuerzos horizontales y las torres permitían mejor flanqueo por la posibilidad de tirar desde su interior.
El Castillo quedó parcialmente destruido por los mamelucos cuando tomaron la ciudad de manos de los cruzados, luego lo reconstruyeron y agregaron la larga calzada en su entrada.
Más tarde, la fortificación cayó en desuso, pero nuevamente restaurada en el siglo XVII por el Emir Fakhredine II, quien construyó en su interior una mezquita abovedada, distintiva de la era otomana.
De sus dos torres, la ubicada al este no está bien conservada y se construyó en dos fases, la parte inferior data del período de Las Cruzadas, mientras el nivel superior fue edificado por los mamelucos.
En el presente, cientos de turistas recorren a diario el Castillo de Saida en un acercamiento a la época medieval y a la cultura de Líbano y el Mediterráneo oriental.