Alianza de varias organizaciones y Fondo de Naciones Unidas busca proteger los páramos colombianos
En total se seleccionaron 37 proyectos que benefician a 2400 familias que trabajan desde 2020 en la restauración de plantas autóctonas, fortaleciendo así los corredores biológicos y manteniendo las áreas protegidas.
Los páramos de Colombia, ecosistemas de tundra en la cordillera de los Andes que están por encima de los bosques andinos, pero por debajo de la línea de nieve, ocupan tan solo el 1,7 por ciento del territorio nacional y, sin embargo, producen el 85 por ciento de su agua potable del país.
Guardianas de los Páramos es una alianza entre el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otras dos organizaciones que apoyan diversos proyectos comunitarios centrados en la conservación y la adaptación al cambio climático en los Páramos Pisba y TotaBijagual-Mamapacha, a unos 280 km al noreste de Bogotá.
La alianza pone especial énfasis en la participación de las mujeres, ya que históricamente la intervención de las mujeres en la gestión ambiental ha estado marcada por la discriminación y el acceso desigual a los recursos.
En total se seleccionaron 37 proyectos que benefician a 2400 familias que trabajan desde 2020 en la restauración de plantas autóctonas, fortaleciendo así los corredores biológicos y manteniendo las áreas protegidas.
Las iniciativas también incluyen la adaptación de acueductos, así como la implementación de huertos agroecológicos caseros para reducir el uso de sistemas productivos tradicionales que son perjudiciales para el medio ambiente.
“Es necesario implementar acciones encaminadas a controlar o reducir las presiones sobre el páramo y mitigar las acciones negativas de las actividades extractivas en la zona, estableciendo áreas de conservación y medidas para reducir los riesgos asociados al cambio climático”, afirma Catalina Avella, coordinadora de campo de la alianza.
Los páramos son un ecosistema andino único, que solo se encuentra en las altas montañas del norte de Sudamérica, son estratégicos no solo por su biodiversidad vegetal y animal, sino también por sus servicios ecosistémicos, entre los que se encuentran el secuestro de carbono en el suelo y la regulación del agua.
El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de lluvia debido al cambio climático suponen una amenaza para estos ecosistemas, así como para los proyectos de minería e infraestructuras.