Hospitales libaneses en el foco del colapso: la lucha por la supervivencia
Hoy, los hospitales luchan por sobrevivir, esta es una característica general de todos los centros de salud, algunos de los cuales enfrentan la amenaza de cierre, tarde o temprano.
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Hospitales libaneses en el foco del colapso: la lucha por la supervivencia.
A finales de la semana pasada, la localidad de Akkar vivió los embates de una explosión y no encontró a nadie que pudiera curar sus heridas.
En opinión de Rajana Hamiyeh, el desastre reveló el destino que le espera a todos los libaneses con los centros de salud, que no pueden prestar los servicios médicos más elementales: el tratamiento de quemaduras.
Akkar fue el golpe repentino y fatal para el sector hospitalario, luego que alcanzara su estado máximo de incapacidad para prestar servicios debido a las crisis acumuladas.
En su artículo publicado en el diario digital Al Akhbar, Hamiyeh señaló que en el mismo incidente, los hospitales apenas pudieron absorber el impacto inicial recibiendo a la mayoría de los heridos de la explosión.
En los hospitales de "al Salam" (Trípoli) y "al Jietawi" (Beirut), especializados en tratar quemaduras, se garantizaron 16 de las 29 camas en el primer hospital y otras diez víctimas fueron trasladadas al segundo; en cuanto al resto, el Estado hizo llamados para facilitar su viaje para recibir tratamiento médico en el exterior.
De acuerdo Hamiyeh, quizás esta primera "crisis" fue superada, pero los hospitales no podrán hacer frente a lo que está por venir, por muchas razones, empezando por la falta de medicamentos (antiinflamatorios, analgésicos, etc.), sueros e insumos médicos (vendajes y otros) que necesitan estas personas y no acaba la crisis con el diésel que ya está faltando en la mayoría de los hospitales.
En ese sentido, apuntó que unos días antes del desastre, el hospital de la Universidad Americana de Beirut (AUBMC), el hospital universitario más grande del país, amenazó con cerrar el centro médico, hecho que pudo haber causado diez veces más bajas que las víctimas del desastre de Akkar, y la causa es la falta del combustible diésel, que "está siendo distribuido a los hospitales por cuentagotas", según informó el director de atención médica del ministerio de Salud, Dr. Joseph Helou.
A juicio de Hamiyeh, esa advertencia hizo posible garantizar una cantidad de combustible para el hospital, pero la decisión de cerrar no ha sido descartada, solo se pospuso.
Antes de eso, el hospital Bahman advertía lo mismo, después que se agotaran sus reservas de diésel. El hospital al Makassed también anunció que no recibiría pacientes debido a la falta de combustible y de muchos medicamentos. El hospital Beirut (público) se vio obligado a apagar su sistema de enfriamiento en los departamentos administrativos, porque cinco de los siete generadores se quedaron sin diésel.
Hoy los hospitales están en un estado de deterioro, señala el presidente del colegio de propietarios de hospitales privados, el Dr. Sulaiman Haroun.
Muchos factores han contribuido a esta situación, el primero la crisis económico-financiera que comenzó hace aproximadamente año y medio, con el inicio de la caída del tipo de cambio del dólar, agudizándose la crisis en los últimos meses, con la renuencia del Banco Central en otorgar créditos para la importación de medicina, y posteriormente las empresas que importan medicamentos e insumos se han mostrado renuentes a importar.
"Esta realidad causó que faltaran medicamentos, desde los analgésicos y antipiréticos más simples hasta los tratamientos químicos", dice Haroun.
El conjunto de estos factores ha conducido al incremento de la emigración de médicos y enfermeros.
Fuentes oficiales estiman el número de quienes emigraron en alrededor de cuatro mil (mil seiscientos enfermeros y enfermeras y más de dos mil médicos), pero las estimaciones son mucho más que eso, porque un buen número de ellos emigró sin obtener un certificado del colegio médico.
Por ejemplo, uno de los principales hospitales universitarios perdió recientemente el 25% de su personal de enfermería.
"La preocupación por esta migración no se limita tanto a los números como a los cargos que ostenta este personal y sus especializaciones, ya que la “mayoría de quienes emigraron son personas calificadas y son muy difícil de reemplazar", así lo confirma Hisham Fawaz, jefe del Departamento de equipamiento Hospitalario del ministerio de Salud.
Se une a esto la escasez que se ha vuelto tangible en algunas especializaciones; una de las complicaciones de esta migración, además de la falta de servicios, es el hecho de que una gran cantidad de hospitales han tenido que cerrar sus departamentos o "reducir" algunos servicios médicos, lo que ha conducido a la práctica del "traslado"; así, los hospitales intentan seguir funcionando utilizando la práctica del "trueque" : trueque de pacientes, medicinas, tratamientos, insumos, lo que sea.
Haroun añade que otras consecuencias del colapso es que muchos empleados han abandonado sus puestos de trabajo en los hospitales.
Por otro lado, la crisis del coronavirus también jugó un papel importante en el agotamiento del sector salud y hoy, con el número de contagios recuperando su impulso, hay certeza de que el sector hospitalario es "incapaz de manejar un nuevo pico", según Fawaz.
Basado en cálculos simples, pero aterradores en sus implicaciones, señala que el número de casos que necesitan de hospitalización hoy ha aumentado cuatro veces más que hace un mes, y que el 70% de las camas de hospital destinadas a los pacientes del virus Corona en Beirut están en efecto ocupadas.
Hoy, el problema en los hospitales ya no es un problema de camas, sino un problema económico, según afirma Helou, ya que los precios de los insumos médicos son ahora "diez veces más que el precio oficial..."
Es cierto que se formó un comité para modificar las tarifas hospitalarias, pero este comité llegó a un callejón sin salida, después que el Colegio de Propietarios de Hospitales se negara a aceptar el aumento de la tarifa en un 66%, "en momentos en el que los costos aumentaron un mil por ciento".
Aún no hay un acuerdo sobre una tarifa clara, en cambio continua el caos. Esto se manifiesta al cargar a los pacientes que son capaces de soportar las diferencias en las facturas hospitalarias; en cuanto a los que no pueden, estos tienen que recurrir a los hospitales públicos, "sobre los cuales la presión se ha cuadriplicado", según Helou.
Hoy, los hospitales luchan por sobrevivir, esta es una característica general de todos los centros de salud, algunos de los cuales enfrentan la amenaza de cierre, tarde o temprano.