Nuevo estudio vincula el desarrollo del cáncer y los sitios fracking
Los niños que viven cerca de un pozo de fracking tienen 1,98 veces más probabilidades de desarrollar leucemia.
Los niños de Pensilvania que viven cerca de sitios de fracking tienen al nacer de dos a tres veces más probabilidades de ser diagnosticados con leucemia durante la primera infancia que aquellos que no vivían cerca de tales instalaciones, reveló una nueva investigación.
El estudio, publicado en Environmental Health Perspectives, exploró la conexión entre el desarrollo del cáncer y la proximidad a dicho desarrollo no convencional de petróleo y gas, también conocido como fracturación hidráulica o “fracking”.
Los científicos informaron anteriormente sobre las amenazas potenciales que plantea el fracking para los residentes, como la contaminación del aire por las emisiones de los vehículos y la construcción, así como la contaminación del agua por el proceso de perforación o los derrames de aguas residuales, según los autores.
Sin embargo, los datos sobre la asociación entre el fracking y el cáncer infantil siguen siendo escasos, observaron los investigadores.
“El desarrollo no convencional de petróleo y gas puede usar y liberar sustancias químicas que se han relacionado con el cáncer”, dijo en un comunicado la autora principal Nicole Deziel, profesora asociada de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale.
Deziel y su equipo realizaron una encuesta basada en registros, un estudio observacional que proviene de registros de pacientes, de 405 niños de Pensilvania de dos a siete años, a quienes se les diagnosticó leucemia linfoblástica aguda entre 2009 y 2017. La encuesta también incluyó a dos mil 80 sujetos de control emparejados por año de nacimiento.
Finalmente, encontraron que los niños con al menos un pozo de fracking dentro de las 1,24 millas de su residencia natal durante la ventana primaria tenían 1,98 veces más probabilidades de desarrollar leucemia en comparación con aquellos que no tenían esos pozos.
La leucemia linfoblástica aguda es la forma más común de esta enfemerdad. Aunque las tasas de supervivencia a largo plazo son altas, los pacientes pueden terminar con un mayor riesgo de otros problemas de salud, desafíos del desarrollo y problemas psicológicos, dijeron los investigadores.