China vetó las importaciones de alimentos procedentes de 10 regiones japonesas, tras el aval de la Agencia Internacional de Energía Atómica para verter al mar las aguas tóxicas de la central japonesa de Fukushima.

Según Beijing, el plan no refleja plenamente las opiniones de los expertos, por lo que tiene previsto tomar "todas las medidas necesarias" para garantizar la seguridad de su población. 

"Las aduanas seguirán reforzando la detección y el control de sustancias radiactivas, garantizarán la seguridad de los alimentos (:..)", explica un texto oficial citado por South China Morning Post. 

En este contexto, los funcionarios anunciaron exámenes estrictos de los documentos de acompañamiento y la realización de una inspección especial.

El martes la agencia mundial aprobó la propuesta nipona para desechar el líquido residual de la accidentada planta nuclear de Fukushima e indicó que cumple con los estándares correctos. 

Sin embargo, una encuesta realizada por Global Times Research Center afirmó que el 81 por ciento de los participantes procedentes de 11 países de la región Asia-Pacífico, excepto Japón, afirmaron que el plan de liberar al océano el agua contaminada es "irresponsable".