¿Puede Occidente detener el acercamiento ruso-iraní?
Estados Unidos y Europa poco pueden hacer para evitar el desarrollo de las relaciones más estrechas entre Rusia e Irán, aseguró el Instituto de Medio Oriente.
Si bien las relaciones ruso-iraníes están caracterizadas por un fuerte enfoque en la seguridad y la defensa, ambas partes abren múltiples áreas para la cooperación, destacó un informe del Instituto del Medio Oriente.
Según la fuente, el concepto de política exterior recién promulgado de la Federación Rusa proporciona evidencia de la inclusión de las futuras relaciones entre Rusia e Irán.
El documento pide el desarrollo de una cooperación confiable y de amplia base con la República Islámica de Irán, y coloca a Teherán en el primer lugar entre los países del mundo islámico.
Pero, ¿por qué Moscú y Teherán invirtieron en fortalecer sus relaciones bilaterales, dados todos los riesgos y costos potenciales? ¿Podría un conflicto de intereses y competencia causar una grieta en esta floreciente relación? ¿Y qué puede hacer Occidente al respecto?
De acuerdo con el centro de estudios, los obstáculos resultantes de la competencia y los conflictos de intereses entre Moscú y Teherán impidieron en un principio relaciones más estrechas entre las dos partes.
Hasta 2022, las empresas rusas desconfiaron en hacer negocios con Irán porque tienen amplios intereses en Occidente y por las sanciones de EE.UU., pero la dinámica cambiará drásticamente en el futuro.
Contrario a la tradición de que la competencia surgida de la pugna de intereses limita el acercamiento ruso-iraní, ambas partes calculan el valor estratégico a largo plazo de la cooperación y las concesiones económicas.
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Por esta razón, precisa el Instituto del Medio Oriente, a Occidente le resulta difícil confiar en las divisiones y los desacuerdos entre Moscú y Teherán como medio para desbaratar la asociación.
A corto plazo, Estados Unidos y Europa poco pueden hacer para evitar el desarrollo de relaciones más estrechas entre Moscú y Teherán.
Para las potencias europeas, la máxima presión y más medidas coercitivas serán opciones sobre la mesa, y a ello sumarán la percepción de vulnerabilidad de la República Islámica y ayudará a justificar la cobertura hacia Rusia.
De acuerdo con el estudio, la operación militar especial rusa en Ucrania impidió cualquier posibilidad de normalización a corto o medio plazo con Occidente.
En cambio, la presión occidental sobre Moscú refuerza la lógica estratégica detrás de la amistad de Rusia con la República Islámica.
En pocas palabras, mientras Occidente amplíe su campaña de presión contra Rusia e Irán, Moscú y Teherán buscarán una mayor integración como respuesta colectiva.