Plan de anexión de Netanyahu, otro paso de (Israel) para usurpar más tierras palestinas, afirma investigador británico
De acuerdo con Asa Winstanley, editor asociado con The Electronic Intifada, periodista investigador que vive en Londres y que visita Palestina regularmente desde 2004, este nuevo plan de anexión representa un reconocimiento formal por la ley israelí de esa realidad. También representa la etapa más nueva en la colonización de tierras palestinas durante décadas por (Israel).
El mapa que Benjamín Netanyahu dio a conocer muestra a todo el Valle del Jordán anexado a (Israel) y representa la más reciente etapa de la colonización sionista, afirma el periodista británico Asa Winstanley al referirse a los anunciados planes del primer ministro de usurpar más territorios a Palestina.
Editor asociado con The Electronic Intifada, periodista investigador que vive en Londres y que visita Palestina regularmente desde 2004, Winstanley precisó que "la franja azul es una declaración de intenciones, aniquilando la posibilidad de un estado palestino".
“El Valle del Jordán es la frontera simbólica de Cisjordania con el estado de Jordania. Cortarlo así significa que cualquier Estado palestino en Cisjordania estará completamente rodeado por (Israel)", precisó.
Eso no sería un estado -apuntó Winstanley-, sino un bantustán, como los creados durajte el desaparecido régimen de apartheid sudafricano.
En su opinión, este nuevo plan de anexión representa un reconocimiento formal por la ley israelí de esa realidad. "También representa la etapa más nueva en la colonización de tierras palestinas durante décadas por (Israel)", subrayó.
De una manera típicamente racista, Netanyahu se jactó de que “ni un solo palestino” sería anexado a (Israel) como parte de su plan.
El objetivo principal de colonización del movimiento sionista siempre ha sido “la cantidad máxima de tierra palestina, el número mínimo de palestinos”.
Sin embargo, cualquier análisis del mapa de Netanyahu, comparándolo con cifras demográficas creíbles en la tierra palestina afectada por su plan, muestra que su reclamo es una total mentira, en cualquier caso.
Un análisis conservador israelí del mapa concluyó que seis mil palestinos en aldeas aisladas en el Valle del Jordán se verán afectados.
Se desconoce su destino, pero la anexión los hará aún más vulnerables a la expulsión y al desplazamiento por parte de (Israel) de lo que ya son.
Un análisis del grupo israelí Peace Now revela que el proyecto dejará a más de 44 mil palestinos del Valle del Jordán viviendo en áreas aisladas, permanentemente privados de ciudadanía o derechos de voto.
El análisis conservador, realizado por The Times of Israel, excluye a la gran población de Jericó, una ciudad histórica palestina que se mostró en el mapa de Netanyahu como una isla naranja rodeada por un mar de anexión azul israelí.
La Oficina Central de Estadística de Palestina calcula que la población de toda la región de la autoridad local de Jericó (incluida la ciudad) es de más de 51 mil palestinos.
La comparación del mapa con uno preparado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en Jerusalén, muestra que la zona de anexión del Valle del Jordán propuesta por Netanyahu atraviesa regiones de Cisjordania donde viven hasta 50 mil palestinos en el Área C (áreas no urbanas designadas bajo los Acuerdos de Oslo).
Según Winstanley, es difícil decir exactamente cuántas de estas personas se verán afectadas por el plan de anexión, ya que el mapa no reconoce las regiones del gobierno local de la Autoridad Palestina.
Además, casi nadie en (Israel) está hablando de la posibilidad de otorgar a los palestinos derechos humanos o políticos básicos, especialmente el derecho al voto.
El alarde de Netanyahu de que supuestamente su plan no anexiona a un solo palestino es una declaración de intenciones de continuar negándoles los mismos derechos democráticos que los colonos judíos ya disfrutan.
Apunta Winstanley que el grupo palestino de derechos humanos Al-Haq pidió sanciones internacionales contra (Israel) en respuesta a las últimas amenazas de anexión de Netanyahu.
Advirtió “que el hecho de que la comunidad internacional no haya obligado a (Israel) a rendir cuentas por actos ilegales de anexión previos en Jerusalén y el Golán sirio ocupado, le ha otorgado a ese régimen una carta blanca para continuar su ocupación beligerante y su expansión anexionista colonialista, sin restricciones”.
Las potencias europeas aparentan expresar “inquietudes” ineficaces sobre tales planes israelíes, pero de todos modos continúan apoyándolos tácitamente al no tomar ninguna medida coercitiva.
Las organizaciones sionistas supuestamente de izquierda en Reino Unido también se están aferrando al plan. El movimiento obrero judío (JLM, por sus siglas en inglés), por ejemplo, tuiteó que “condena inequívocamente” el plan.
El plan de Netanyahu es, de hecho, una versión más moderada del infame Plan Allon de 1967, que habría anexado una franja de tierra aún más grande a lo largo del Valle del Jordán, así como toda la región central de Cisjordania, dividiéndose por la mitad.
Este plan fue defendido por Yigal Allon, un exgeneral (líder de las operaciones de limpieza étnica de la Nakba a partir de 1947) y luego ministro en el gobierno israelí liderado por el partido del movimiento Laborista Sionista en ese momento, el Alineamiento Laborista.
Que el JLM esté condenando el plan de su propio predecesor ideológico es una señal de que el movimiento de Netanyahu en realidad tiene su origen en los sueños y las prácticas del movimiento Laborista Sionista. En resumen, es, en realidad, un sueño liberal sionista, concluyó Winstanley.
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