Pueblo libanés continuará en las calles hasta renuncia de élite gobernante
Mientras Hariri se sienta en su despacho, decenas de libaneses continúan en los alrededores solicitando su renuncia y la de la élite gobernante.
Cientos de libaneses continúan en los alrededores del Gran Serail, sede de la presidencia del Consejo de Ministros solicitando la renuncia de toda la élite gobernante tradicional.
Ayer, el Ejército y las fuerzas de Seguridad Interna despejaron el camino para facilitar la reunión del Ejecutivo en el Palacio Presidencial, en el barrio capitalino de Baabda, donde el Gabinete aprobó una serie de medidas con el fin de amenguar el enojo y el rechazo popular a un proyecto de presupuesto que imponía más sacrificios a las clases más desfavorecidas.
Los manifestantes exigen la dimisión de los 26 ministros restantes (después de la renuncia de los ministros de las Fuerzas Libanesas), 128 parlamentarios e incluso del presidente de la República, Michel Aoun.
Las masivas manifestaciones antigubernamentales siguen su curso.
En respuesta al estallido de ira popular, el Consejo de Ministros aprobó un plan económico con recortes salariales de 50 por ciento para altos funcionarios retirados o en ejercicio, legisladores o ex, y eliminó impuestos que se habían proyectado, entre otras medidas.
Sin embargo, las masivas manifestaciones antigubernamentales siguen su curso con demandas que van desde la reelaboración de la carta magna hasta el empoderamiento de un Gobierno militar transitorio.
La situación actual: consecuencia de años de mala gobernanza.
A juicio de los analistas, la situación creada surgió como consecuencia de años de mala gobernanza, corrupción, venalidad, robo y despilfarro que requieren decisiones más radicales que, según la percepción popular, rediseñarían al país.
Y según se desarrollan los hechos, parece indicar que las cosas se mueven hacia una "convivencia" entre el movimiento de protestas populares y el gobierno libanés, hasta nuevo aviso.
El movimiento popular continúa asediando la corrupción y vigilando al gobierno, mientras que el gobierno continúa con alguna restauración o enmienda para evitar que el país entre en el vacío gubernamental que conducría al caos sangriento.
Observadores políticos consideran que por lo tanto, es importante que el movimiento continúe en la arena actual para continuar la lucha contra la corrupción y con la participación de todos los interesados en el bien del país, evitando así su explotación mediante agendas foráneas sospechosas.
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