El Líbano en espera de un nuevo gobierno, ¿será tecnócrata o tecno-político?
Urgidos por protestas masivas durante tres semanas, y después de la apertura hoy de todas las carreteras que estuvieron bloqueadas constantemente por sentadas populares, jefes de principales partidos políticos en El Líbano debaten hoy fórmulas para establecer un Gobierno tecnócrata o tecno-político.

Las multitudinarias manifestaciones en todo el país exigen un cambio radical en la elite gobernante, empero tanto el primer ministro en funciones, Saad Hariri, como el canciller interino, Gebran Bassil, aspiran a mantenerse en sus cargos.
Fuentes periodísticas precisaron en base a las informaciones filtradas de la reunión entre ambos políticos libaneses, que la propuesta principal consiste en un Ejecutivo mixto, o sea, integrado por personas calificadas ajenas a grupos partidistas junto con representantes de las facciones políticas.
El argumento clave para esa anuencia se refiere a carteras soberanas como Relaciones Exteriores, Finanzas, Interior y Defensa que deben ocuparlas individuos muy específicos y no por presión popular.
Otra de las alternativas, sería la de un Ejecutivo tecnocrático, excepto Hariri que estará al frente, o bien un gabinete puramente tecnocrático del que no quedarían ni Bassil ni Hariri, y respondería de ese modo a las demandas de las protestas.
En cualquier caso, es urgente la instalación de un Gabinete sea cual sea la variante, en tanto que lo requiere la situación económica nacional en marcha hacia el colapso.
El coordinador especial de las Naciones Unidas para el Líbano, Jan Kubis, tras una reunión con Bassil, exhortó a acelerar el proceso de formar un gobierno que responda a las aspiraciones de la ciudadanía y recupere su confianza. "La profundización de la crisis económica no permite más dilaciones ni más parálisis", agregó.
Desde el 17 de octubre último, miles de libaneses ocupan las calles en protesta por el deterioro de sus condiciones de vida, la corrupción y los malos manejos de políticos y gobernantes que han sumido al país en uno de los peores momentos de su historia.
Asimismo, planes foráneos tratan de aprovechar las manifestaciones para manipularlas y desviar su dirección hacia reclamos ajenos al movimiento popular de protestas y sus reivindicaciones sociales, y contra la Resistencia Libanesa, en aras de lograr por este medio lo que no ha sido posible a través de las agresiones militares y las sanciones severas.