La administración Trump se equivoca al detener el apoyo al ejército libanés, sostiene especialista
"La Casa Blanca ve a El Líbano a través del estrecho prisma de su campaña de máxima presión contra Irán. Y parece creer que detener la ayuda al ejército libanés obligará de alguna manera a sus líderes a enfrentarse a Hizbullah. Esa idea se no sólo se basa en una lógica errónea, sino que además es increíblemente desaconsejable”, afirma Bilal Y. Saab, director del Programa de Defensa y Seguridad del Middle East Institute.
De acuerdo con un reporte difundido en la edición digital Foreign Policy, escrito por el investigador Bilal Y. Saab, director del Programa de Defensa y Seguridad del Middle East Institute, “la administración Trump está desperdiciando una gran oportunidad para capitalizar un levantamiento popular en El Líbano que no se ha visto en la historia del país”.
A juicio de Saab, en lugar de duplicar su apoyo a las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF), lo que reforzaría las instituciones estatales de El Líbano y ejercería más presión sobre Hizbullah, Washington hace todo lo contrario, congela más de 100 millones de dólares en ayuda militar.
Explica el investigador que ninguna de las preocupaciones del Consejo de Seguridad Nacional sobre El Líbano y Hizbullah son inexactas o irrazonables. Esas preocupaciones son compartidas por los altos mandos de los departamentos de Defensa y de Estado y del Comando Central de Estados Unidos.
El texto destaca que la Resistencia libanesa, que tiene más experiencia en armas y combate que el ejército libanés, ejerce una enorme influencia en la política de Beirut. “Hizbullah es el único que decide cuando el país va a la guerra o hace la paz, y tiene una voz predominante en quién llega a ser presidente y primer ministro”.
Señala que el desacuerdo en el gobierno de Estados Unidos no se refiere al desafío que Hizbullah representa para la política libanesa y Estados Unidos. Según Saab, se trata de cómo abordar ese desafío de la manera más eficaz posible.
Asimismo, sostiene que la Casa Blanca ve a El Líbano a través del estrecho prisma de su campaña de máxima presión contra Irán. Y parece creer que detener la ayuda al ejército libanés obligará de alguna manera a sus líderes a enfrentarse a Hizbullah. “No sólo se basa en una lógica errónea, sino que además es increíblemente desaconsejable”, afirma Saab.
El artículo de Foreign Policy intenta presentar al Ejército libanés “como una alternativa creíble” (enemigo) a Hizbullah.
En ese sentido, el investigador plantea que el liderazgo militar libanés entiende que cualquier intento de confrontar a Hizbullah –algo que ni siquiera el ejército israelí pudo hacer con éxito–, tendrá como resultado la fragmentación de los militares en líneas sectarias y el posible retorno a la guerra civil.
Es por ello que, según Saab, las Fuerzas Armadas de El Líbano se han negado a sofocar la protesta popular, algo que presuntamente perseguían Hizbullah y su aliado partido Amal.
Para el especialista la idea Trump de castigar al ejército libanés –aunque haya sido un socio impecable en la lucha contra Daesh y Al Qaeda– es desconcertante. A su juicio, esa medida pone a Washington en una posición mucho más débil en sus esfuerzos por persuadir al comandante del ejército libanés, el general Joseph Aoun, de que no acepte las ofertas rusas de apoyo, que ya han llegado en masa.