EE.UU., Feltman y la crisis libanesa
Sin dudas, la política de Washington se concentra en enfrentarse retóricamente a Hizbullah. Feltman repitió 49 veces esa palabra durante su intervención en el Capitolio. Su objetivo, debilitar a los aliados de la Resistencia en las futuras elecciones y formar un gobierno tecnocrático sin la presencia de la orgaización.
Estados Unidos continúa sus presiones contra Hizbullah y para eso no escatima, al menos es lo que demuestran recientes declaraciones del exembajador en El Líbano Jeffrey Feltman.
El diplomático siguió -como es lógico- la línea que ocho meses atrás dejó explícita el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien en una visita a Beirut el 22 de marzo lanzó una amenaza que puso a los libaneses entre dos opciones: confrontar a Hizbullah o de lo contrario pagar el precio.
Ahora Feltman, durante una comparecencia ante un comité del Congreso, expresó lo mismo que su jefe cuando fue enfático al decir que los libaneses tienen que cumplir con las políticas de Washington o caer en el colapso.
Sin dudas, la política de Washington se concentra en enfrentarse retóricamente a Hizbullah. Feltman repitió 49 veces esa palabra durante su intervención en el Capitolio. Su objetivo, debilitar a los aliados de la Resistencia en las futuras elecciones y formar un gobierno tecnocrático sin la presencia de la organización.
Feltman presentó su visión sobre la situación en El Líbano. Según él, "lo que está sucediendo está relacionado con los intereses estadounidenses". Y luego es llamativa la movilización en el Congreso estadounidense, ya que el Subcomité de Medio Oriente y África Norte y el del Terrorismo Internacional (del Comité de Asuntos Exteriores en el Congreso) se reunieron juntos para escucharlo.
El diplomático presentó sus argumentos bajo el título "¿Cuál será el próximo paso para El Líbano? y analizar las implicaciones de las protestas actuales en El Líbano".
Las manifestaciones que acontecen en el país desde el 17 de octubre "no tuvieron al inicio relación con los Estados Unidos".
Feltman advirtió que es necesario evitar que lo que está pasando afecte a su país, porque el resultado dañará necesariamente los intereses de Washington, ya sean de forma positiva o negativa. A juicio suyo podría ser este "un momento crucial en la historia de El Líbano".
Hay dos puntos de vista comunes en Estados Unidos cuando se trata de El Líbano; el primero es romántico. El segundo tiene que ver con una sangrienta guerra civil que constituye una base iraní avanzada y peligrosa, que amenaza los intereses de la Casa Blanca en la región e incluso va más allá.
Feltman examinó el impacto del "Pequeño Líbano" en los intereses estadounidenses en gran medida; donde lo más evidente e importante es, según el diplomatico estadounidense, es "debilitar el papel regional maligno de Irán" a través de Hizbullah, que posee capacidades avanzadas para responder a (Israel) y a otros aliados de Washington.
Para Feltman, las guerras civiles se han convertido en herramientas para expandir la influencia de Irán: desde el Líbano hasta Irak, Siria y Yemen, donde la República Islámica ha creado raíces profundas que son difíciles de superar.
Asimismo, el diplomático norteamericano expresó su preocupación por la expansión del papel "agresivo" que le atribuye a Rusia en la región y el Mediterráneo.
El temor de Estados Unidos es que consideran que Rusia tiene en mente al Líbano como un lugar para seguir ampliando su papel en el Medio Oriente.
Para ilustrar su punto de vista, Feltman preguntó: “¿Qué pasa si Rusia explota los tres puertos y las reservas de hidrocarburos en el mar de El Líbano? "Estará ganando en el Mediterráneo oriental y meridional, a costa de nosotros", respondió.
Esto no es todo, también a Feltman le preocupa la creciente influencia de China y la dificultad que tienen los libaneses de resistir frente la tecnología china 5G, "tomando en cuenta el horrible estado de la red de telecomunicaciones que tiene el país árabe".
El diplomático estadounidense llega a la conclusión que El Líbano, es "un lugar para la competencia y la confrontacion estratégica global".
Nuestros intereses primero
A lo largo de los años, muchos se sorprendieron de las maniobras que tuvo que hacer El Líbano desde hace tiempo para mantenerse flotando a nivel político y económico, en medio de circunstancias que sugieren considerablemente un colapso inminente.
Feltman señaló que las predicciones sobre el destino de El Líbano casi siempre resultaron incorrectas. Esta vez, sin embargo, la situación parece diferente: la gestión de la deuda interna y externa nacional es cada vez más compleja, y no solo en medio de una economía que no está creciendo, sino que el pueblo está ya agotado y enojado por el discurso sectario confesional y por las excusas utilizadas por los dirigentes políticos con el fin de fortalecer sus estrechos intereses políticos y financieros.
Como resultado de esto, todo el sistema político libanés está sujeto a un observación y seguimiento público y agresivo, siendo Hizbullah el objetivo.
Por lo tanto, las protestas en curso son más importantes que las ocurridas el 14 de marzo de 2005, y por esta razón "los chiítas se han unido a las manifestaciones esta vez". Y a pesar de que las protestas no están relacionadas con los Estados Unidos, el representante norteamericano señaló que estas sí se cruzan con los intereses estadounidenses, ya que Hizbullah se auto presenta siempre como "invencible", "limpio" y "anti-institución" en comparación con los otros partidos libaneses.
Pero para Feltman, los discursos del secretario general, Hassan Nasrallah, alertaron sobre la posibilidad de que manos foráneas manipulaban las protestas.
El diplomático estadounidense señaló que durante años, Estados Unidos había tratado de instar a los libaneses a rehusar el peligro de la guerra con (Israel) que Hizbullah y sus misiles representaban y no como pretende ese partido hacer creer que son para garantizar la protección de El Libano.
Mientras tanto, las manifestaciones actuales también "socavan constructivamente" la asociación y alianza entre Hizbullah y la Corriente Patriótica Libre. Una asociación que, según Feltman, impuso una cobertura cristiana para el partido y le permitió expandir su influencia dentro de las instituciones gubernamentales.
Feltman señaló al ministro de Relaciones Exteriores, Gebran Bassil, diciendo que este último ha utilizado durante mucho tiempo lo que llamó la "sincera preocupación" que sienten Estados Unidos y otros países sobre la situación de los cristianos en el Medio Oriente, para desviar la atención de su corrupción y su papel personal en el empoderamiento de Hizbullah.
En contraste, Feltman elogió el desempeño "notable" del Ejército libanés y cree que las Fuerzas Armadas Libanesas podrían servir como un ejemplo de cómo empieza el respeto público a una institución nacional independiente, creíble y capaz que puede comenzar a eliminar los sentimientos sectarios.
Por lo tanto, algunos en Washington pueden preguntarse si las Fuerzas Armadas Libanesas deberían ahora estar preparadas para enfrentar a la Resistencia Libanesa de manera dinámica y desarmarla por la fuerza, "pero esta seria una receta para una guerra civil, que solo beneficiará a Irán y sus agentes, y por esta razón es algo que debe pensarse a largo plazo", dijo Feltman.
No habrá inversionistas, a menos que…
Las protestas se centran en las demandas y se llevan a cabo en medio de una inminente crisis financiera. Hay un endurecimiento de las restricciones para otorgar visas a Europa y a los Estados Unidos y la disminución de las perspectivas de empleo en los Estados del Golfo, por ello la juventud libanesa ha perdido la salida tradicional que tenía, la de buscar empleo en el extranjero y transferir grandes cantidades de divisas al país.
Para Feltman, la privatización de los activos estatales, tales como las telecomunicaciones y la electricidad puede generar ingresos y mejorar los servicios a largo plazo. Ciertamente, una gobernanza transparente y confiable puede contribuir a las mejoras económicas, y al mismo tiempo, las nuevas inversiones y el retorno de los turistas del golfo, las empresas y los depósitos financieros marcarán una gran diferencia.
Sin embargo, lograr que vengan los inversionistas occidentales y los países del Consejo de Cooperación del Golfo seguirá siendo difícil si no se hacen cambios reales, de lo contrario los inversionistas occidentales y del Golfo buscarán oportunidades en cualquier otro lugar en caso que los libaneses expresen su satosfación de ser parte del eje iraní-sirio. Los inversores y turistas no regresarán al Líbano, mientras la Resistencia puede llevar el país a la guerra sin prestar atención a la opinión pública ni regresar al gobierno antes de tomar sus decisiones.
Feltman puso a los libaneses a elegir entre dos opciones: O bien el camino hacia una extrema pobreza duradera o una posible prosperidad. ¿Cómo? pues al decidir si continuarán aceptando la mala gobernanza junto con un veto efectivo sobre las decisiones gubernamentales por parte de Hizbullah.
Y dijo: "es posible que los votantes libaneses no puedan quitarle a Hizbullah su arsenal de un día para otro, pero si pueden aprovechar la próxima oportunidad electoral para aislarlo de los socios parlamentarios que el utiliza para afirmar su voluntad política", lo que, según Feltman, explica la línea roja que Nasrallah ha establecido en cuanto a las elecciones parlamentarias anticipadas.
El cambio y sus condiciones
Feltman consideró que las protestas de 2005, que lograron forzar al Ejército sirio a salir de El Líbano, representan una importante lección en la etapa actual, que se centra en su valor como una iniciativa local asociada con un apoyo desde el exterior.
Y como ha ocurrido en 2005, la atención continua del Congreso, la administración estadounidense y el Consejo de Seguridad de la ONU puede ayudar a proteger a los manifestantes.
Pero, al mismo tiempo Feltman señaló que las manifestaciones no podían continuar indefinidamente, en particular porque los ciudadanos comunes están exhaustos por los costos económicos debido a la parálisis del país. Por tanto, la atención continua de los Estados Unidos puede marcar una diferencia a medida que los libaneses luchan para determinar cómo superar las protestas locales.
Según Feltman, "no sería prudente intervenir directamente en las decisiones políticas libanesas, lo que facilitaría a Nasrallah (o Siria, o Irán o Rusia) a desacreditar a los manifestantes y sus demandas. Tampoco, dejarlos pensar que Estados Unidos esta imponiendo quien será el próximo primer ministro o los ministros del gabinete libanés. Esas "son decisiones exclusivas de El Líbano dado que nuestros intereses nacionales y los de nuestros aliados regionales se verán afectados por lo que está sucediendo".
Tenemos la responsabilidad de aclarar nuestros puntos de vista -añadió- a través de nuestro trabajo y nuestras palabras. "Los libaneses merecen comprender completamente las implicaciones de sus decisiones con respecto a los nombramientos y políticas gubernamentales", opinó.
Desde este punto, Feltman dice que "el primer paso debería ser a través de la liberación rápida de la asistencia militar. Esto pondría a Estados Unidos al lado de las instituciones nacionales creíbles, en un momento en que la popularidad del Ejército libanés "está en aumento en comparación con la disminución del prestigio de Hizbullah, y que Washington puede fortalecer este impulso positivo".
"Al mismo tiempo el lanzamiento de la ayuda militar estadounidense también socavaría los continuos intentos de Hizbullah, Irán, Siria y Rusia de llevar a los libaneses a su órbita al cuestionar la credibilidad de Estados Unidos", considera el exembajador en Beirut.
"También recomiendo -enfatizó- que nuestra posición sea clara de que no queremos ver el colapso financiero o político de El Líbano", para que el caos y la guerra civil no constituyan más oportunidades para que Irán, Siria y Rusia intervengan, "pero que nuestra capacidad de intervenir y movilizar el apoyo financiero y económico depende de las decisiones de los propios libaneses, incluida la formación del próximo gobierno y sus políticas", agregó.
Feltman hizo hincapié en la "disposición" de su país de apoyar al Líbano, siempre y cuando "los libaneses sigan adelante".
"Si el Gobierno del Líbano resuelve el tema de la gobernanza y la rendición de cuentas, la comunidad internacional puede responder a su favor", advirtió tras insistir que "si el gobierno vuelve a su trabajo anterior de siempre", EE.UU. no puede movilizar apoyo para evitar el colapso del país.
A su vez comentó que a la luz de las demandas de los manifestantes de un gobierno tecnocrático, no político, "nuestro mensaje general puede subrayar nuestra expectativa de que un nuevo gobierno libanés, si quiere recibir apoyo internacional, entonces debe abordar de manera efectiva e inmediata las aspiraciones de reformas del pueblo libanés".
Afirmó que Estados Unidos, Francia y a otros países pueden contactar a las instituciones financieras internacionales para que apoyen al Líbano. "Y con la presencia de figuras adecuadas y correctas, se forma un nuevo gobierno libanés que finalmente pueda implementar sus reformas que podrían conducir al lanzamiento del paquete de ayuda de 11 mil millones de dólares acordado en la conferencia económica para ayudar al Líbano ".
Para Feltman, dichas medidas proporcionarían a los dirigentes libaneses un breve respiro, pero tomando en cuenta el pasado, ellos tienen la responsabilidad de superar las dudas nacionales e internacionales, a través de la elección de nuevas caras y seguir políticas creíbles en el próximo gabinete.
El exembajador de EE.UU. en el Líbano concluyó que el continuo clientelismo, el favoritismo, la corrupción y la "malacrianza" a Hizbullah conducirán seguramente a un declive constante.
Sin embargo, la reforma, la rendición de cuentas, la transparencia y la dependencia de las instituciones nacionales en lugar de las decisiones de Hizbullah pueden atraer un tipo de apoyo que conduciria a un mejor destino, en el que Estados Unidos y otros brindarian su apoyo y su asociación, sentenció Feltman en su retórica anti-Hizbullah e injerencista.
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