The Atlantic: EE.UU. manipula tema de derechos humanos en Irán para una agenda más amplia
En el caso de Irán, la administración Trump cree haber descubierto que condenar la violencia y el sufrimiento y presionar a favor de los derechos humanos también puede servir a una agenda mucho más amplia.
El gobierno de Estados Unidos trata de usar el enfoque de los derechos humanos en Irán para conseguir una agenda más amplia, así lo considera un artículo publicado en la revista The Atlantic.
Según el texto, el compromiso de la administración de Donald Trump respecto a un futuro más promisorio para los iraníes podría durar sólo mientras sea utilizado para asegurar la desaparición del gobierno de Teherán o un acuerdo nuclear a la medida de lo que quiere Washington.
El secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo -pese a que la comunidad internacional los critica-, se ufanó de que su país está "orgulloso de ser el principal defensor de los derechos humanos del mundo".
Lo hizo poco antes de que su administración impusiera sanciones económicas a una serie de personas que a tono con la varilla de Washington abusan de estos, entre ellas funcionarios en Sudán del Sur, Eslovaquia y Arabia Saudita.
Pero cuando se trata de condenar a gobiernos enteros, ha puesto especial énfasis en Irán, enfatizó el material divulgado en el sitio digital de esa revista estadounidense.
Como parte de una política exterior que Pompeo describe como de "realismo y moderación" –la cual reconoce que Estados Unidos no puede rehacer otras sociedades a su imagen y semejanza-, la actual administración ha sido selectiva en cuanto a dónde aprovecha el dolor de las masas.
En el caso de Irán, la administración Trump cree haber descubierto que condenar la violencia y el sufrimiento y presionar a favor de los derechos humanos también puede servir a una agenda mucho más amplia.
"Los aliados deben ser tratados de manera diferente -y mejor- que los adversarios", explicó un alto funcionario del Departamento de Estado en un memorando al comienzo de la administración Trump, señalando que mantener buenas relaciones con aliados como Arabia Saudita implicaba "compensaciones difíciles" con respecto a los derechos humanos.
Trump vetaría más tarde un proyecto de ley que le obligaba a cortar el apoyo militar a la desastrosa campaña aérea de Arabia Saudita en Yemen, que ha contribuido a la peor catástrofe humanitaria del mundo, con el fin de evitar enemistarse con un aliado.
Pero Irán no es un aliado. La administración estadounidense ha emprendido una campaña de "máxima presión" contra del gobierno de Irán que ha tratado de devastar la economía de ese país.
Los recientes disturbios por el tema energético han creado otra fuente de presión, esta vez desde dentro del país, subrayó el artículo.
"Deberíamos considerar los derechos humanos como un tema importante respecto a las relaciones de Estados Unidos con China, Rusia, Corea del Norte e Irán", escribió el funcionario Brian Hook, quien ahora supervisa la política de Estados Unidos hacia Irán.
Desde que la Casa Blanca dio el drástico paso de imponer un embargo petrolero casi completo a Irán, los funcionarios se han apresurado a resaltar ejemplos de la angustia económica resultante en el país y su impacto en la política exterior de la nación persa y solicitudes de donaciones por parte –de lo que llamó- el representante libanés de Irán, Hizbullah.
Pero el estallido de las protestas a mediados de noviembre, que coincidió aproximadamente con grandes protestas en Irak y El Líbano (donde Teherán ejerce una influencia considerable), marcó un nuevo momento en la campaña de "máxima presión", insinuó Pompeo que estaba deseando volver al momento en que se anunció la estrategia de la administración Trump en para Teherán en mayo de 2018.
Al final, “el pueblo iraní podrá tomar una decisión sobre su liderazgo”, expresó Pompeo en un discurso en la Heritage Foundation.
"Si toman la decisión rápidamente, sería maravilloso. Si deciden no hacerlo, nos mantendremos firmes en esto hasta que logremos los resultados que hoy propongo", subrayó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Los iraníes pueden apostar a ese Trump, a pesar de decir en otro tweet que apoya a los manifestantes y que "siempre lo hará". Lo dijo en serio cuando indicó que creía que Irán quería un pacto, "y mi acuerdo es nuclear", lo que implica que su principal objetivo era impedir que el país “consiguiera la bomba”.
Si Trump logra un nuevo acuerdo con Irán, ¿apoyará realmente "siempre" a la oposición al régimen? Hay precedentes en el caso de Corea del Norte.