The Washington Post: Todavía no hay respuesta clara sobre el asesinato de Khashoggi
Para el columnista David Ignacio, cerrar el libro sobre un caso de asesinato no es posible hasta que los fiscales hayan reunido los hechos y un tribunal haya sopesado las pruebas y las haya compartido con el público. ¿Quién lo hizo? ¿Quién sancionó el asesinato y tiene la responsabilidad final? Esa es la pregunta básica en cualquier caso criminal.
De acuerdo con un informe publicado por The Washington Post, poco después que el fiscal saudita anunciara el lunes su veredicto en el caso del asesinato de Jamal Khashoggi, el hashtag de mayor tendencia en el Twitter saudita era el nombre de Saud al-Qahtani.
¿Y por qué? Según el articulista David Ignacio, porque el tribunal exoneró a Qahtani, quien, en el momento del asesinato, en octubre de 2018, había sido uno de los más cercanos colaboradores del príncipe heredero Mohammed bin Salman.
Recordó que las pruebas sobre el papel de Qahtani fueron tan fuertes que el Departamento del Tesoro lo sancionó como "parte de la planificación y ejecución de la operación que llevó al asesinato de Khashoggi". Pero el fiscal saudita “no encontró pruebas para incriminarlo”.
Si bien los sauditas esperaban bajar el telón con las sentencias de muerte del lunes para cinco acusados no identificados, los críticos señalaron que los hallazgos fueron una continuación de la negación que comenzó el día en que Khashoggi fue asesinado. También fueron un golpe en el ojo de Estados Unidos, que durante más de un año ha estado presionando en privado al príncipe heredero para que rinda cuentas y reconozca el papel de Qahtani.
A juicio de Ignacio, los amigos y partidarios de Qahtani estaban jubilosos el lunes, entre otras cosas porque su absolución era un rechazo implícito a las críticas de los activistas de derechos humanos y los periodistas.
El caso de Khashoggi representó un abuso de confianza, no con los críticos del reino, sino con sus antiguos partidarios en la CIA, el Pentágono, el Departamento de Estado y el Congreso.
Funcionarios de todas esas ramas del gobierno de EE.UU. han reiterado que, para reconstruir una fuerte relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita, el reino necesitaba demostrar que había pasado la página y que el asesinato de un periodista opositor con base en Estados Unidos no podía volver a ocurrir.
En opinión del articulista dl Washington Posat, es probable que la acción del lunes amplíe esa brecha de confianza en lugar de repararla.
Por su parte, la CIA todavía cree que el príncipe heredero tiene la responsabilidad última de la muerte de Khashoggi.
A los funcionarios del Servicio Exterior y de inteligencia estadounidenses les preocupa que el impulsivo príncipe heredero no haya aprendido una lección de la muerte de Khashoggi - y podría cometer errores más catastróficos.
Para Ignacio, cerrar el libro sobre un caso de asesinato no es posible hasta que los fiscales hayan reunido los hechos y un tribunal haya sopesado las pruebas y las haya compartido con el público. ¿Quién lo hizo? ¿Quién sancionó el asesinato y tiene la responsabilidad final? Esa es la pregunta básica en cualquier caso criminal. Con el asesinato de Khashoggi, todavía no sabemos la respuesta, apuntó.
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