Denuncian planes de Estados Unidos para dividir a Iraq
Estados Unidos actúa para crear una región autónoma sunita alrededor de Anbar, al oeste de Iraq, mientras crecen las demandas de partidos chiitas para lograr la retirada de los agresores, según denuncia publicada en el sitio digital Middle East Eye (MEE).
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Gobernación de Anbar, Iraq.
Estados Unidos actúa para crear una región autónoma sunita alrededor de Anbar, al oeste de Iraq, mientras crecen las demandas de partidos chiitas para lograr la retirada de los agresores, según denuncia publicada en el sitio digital Middle East Eye (MEE).
Esto ocurre en momentos en que la influencia de Washington en esa nación árabe disminuye.
Acorralado y con la influencia disminuida, las fuerzas ocupantes estadounidenses promueven en las últimas semanas un plan para crear una región autónoma sunita en el oeste de Iraq, según dijeron funcionarios de ambos países a MEE, algo que ocurre en respuesta a las presiones lideradas por los chiitas para expulsar a las tropas de EE.UU. de su país.
La fuente señala que esa acción responde a planes del Pentágono, ya que Iraq representa un puente terrestre estratégico entre Irán y sus aliados en Siria, El Líbano y Palestina, y así privaría a Teherán de utilizar esas rutas hacia Siria e impediría que llegara a las costas orientales del Mediterráneo.
Subraya la publicación que la creación de una región sunita siempre fue una opción para Estados Unidos. “No se puede permitir que los iraníes lleguen al mar Mediterráneo o se beneficien del puente terrestre que los conecta con Hizbullah”.
Los planes de la Casa Blanca enfrentan la oposición a que Iraq se dividiera según líneas sectarias y étnicas y ahora los esfuerzos para expulsar a las tropas estadounidenses dieron nueva vida al proyecto, y la creación de una región sunita es sólo una de las opciones que está considerando Washington para contrarrestar la presión iraní, dijo a MEE un alto funcionario chiita iraquí, hablando a condición de mantener el anonimato.
Alertó, además, que si los estadounidenses llegan a un callejón sin salida en cuanto a la presencia de sus fuerzas en Iraq, trabajarán para implementar este proyecto vigorosamente.
Al respecto, un ex funcionario estadounidense familiarizado con el proyecto confirmó que Washington trabaja en "sacar este proyecto del cajón y ponerlo sobre la mesa”, siempre usándolo como una acción para impedir que los iraníes lleguen al Mar Mediterráneo o se beneficien del puente terrestre que los conecta con Hizbullah en el Líbano, precisó el ex funcionario estadounidense.
El plan es norteamericano, no sunita. La presencia de las fuerzas estadounidenses ha sido la garantía para los sunitas y los kurdos, por lo que, si Estados Unidos tiene que salir de Iraq, entonces el establecimiento de una región sunita en el oeste de Iraq es una acción para frenar a Irán y sus armas en el Medio Oriente, añadió.
“Estamos hablando de establecer un país, no una región administrativa", aclaró lo que confirma la política divisiva de la Casa Blanca contra el mundo árabe.
El asesinato de Suleimani obligó a los políticos chiitas iraquíes y a varios de sus aliados a responder a la presión de las facciones armadas dirigiéndose al parlamento y votando para poner fin a los 17 años de presencia militar estadounidense en el país.
Aunque no fue vinculante, la votación del 5 de enero para expulsar a las fuerzas extranjeras envió un poderoso mensaje, acentúa la publicación, pero la ausencia de parlamentarios sunitas y kurdos en el parlamento en Bagdad puso de relieve la frágil relación entre los líderes sunitas y sus aliados chiitas respaldados por Irán.
La mayoría de los parlamentarios que se abstuvieron salieron de Bagdad hacia Erbil, en el norte de Iraq, o hacia Ammán, en Jordania, por temor a represalias.
Tan pronto como algunos políticos sunitas llegaron a Erbil y Amman, se reunieron con funcionarios estadounidenses allí para "discutir opciones” para ambas partes, dijeron las fuentes, pero la fundamental es la creación de la región autónoma que sería la marioneta de la Casa Blanca.
El secretario de Estado adjunto de EE.UU. para Asuntos de Medio Oriente, David Scheckner, voló a Erbil, sin pasar por Bagdad, para reunirse con el aliado clave de EE.UU. y ex presidente del Gobierno Regional del Kurdistán, Masoud Barzani, además de varios otros funcionarios kurdos.
Aunque no se conoció ninguna declaración de esos encuentros con los dirigentes sunitas en Erbil, muchas fuentes confirmaron que tanto el secretario de Estado adjunto, como Stephen Fagin, cónsul estadounidense en Erbil, se reunieron con varios políticos sunitas "para discutir las implicaciones de la decisión del parlamento, las amenazas a las que se enfrentan los sunitas y las opciones para hacer frente a las dos cuestiones", según la denuncia, que airea además un encuentro de funcionarios yanquis en Emiratos Árabes Unidos con el presidente del parlamento iraquí, Muhammad al-Halbousi, "que casualmente estaba allí".
Aclara que después de reunirse con Scheckner, Halbousi celebró una serie de reuniones en Emiratos Árabes Unidos los días 9 y 10 de enero con varios destacados dirigentes sunitas.
"Las conversaciones sobre este tema son ininterrumpidas y aumentan en frecuencia con el tiempo", dijo a MEE Abdullah al-Khirbeit, prominente legislador sunita y estrecho aliado de Halbousi.
Ninguno de los líderes y funcionarios sunitas y chiitas con los que habló MEE tiene una idea clara de los detalles del proyecto.
Sin embargo, está perfectamente claro que el proyecto se pondrá en marcha desde la provincia de Anbar, para luego incluir las provincias de Nínive y Salah al-Din, y parte de Diyala.
MEE divulgó que la región sunita propuesta se creará primero de acuerdo con los artículos de la constitución iraquí, que permite que se establezcan regiones administrativas junto al Kurdistán.
La publicación aborda, además, que los estados árabes del Golfo aliados con Estados Unidos, liderados por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, apoyan y financian este proyecto.
"El financiamiento está en su lugar, la presión internacional está en su lugar, y la fuerza militar necesaria está en su lugar para crear esta región", dijo un prominente líder sunita familiarizado con las conversaciones.
Los líderes familiarizados con las conversaciones en curso sobre la partición de Iraq dijeron que los políticos sunitas están seriamente involucrados en las discusiones y están esperando a ver el resultado de las manifestaciones antes de decidir su camino.
Mientras se incrementan las contradicciones sobre el proyecto, los sunitas ofrecerán a los americanos permiso para construir bases militares en sus tierras, a cambio del apoyo necesario para establecer la región deseada, dijo un dirigente de esos grupos a MEE.