Analista: "Campaña de máxima presión" de EE.UU. podría llevar a Teherán a la mesa de negociaciones
Según Richard Goldberg, exmiembro del Consejo de Seguridad Nacional de la actual administración, la campaña de máxima presión permanece totalmente intacta con espacio político para aumentar aún más la presión de las sanciones.
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Analista: "Campaña de máxima presión" de EE.UU. podría llevar a Teherán a la mesa de negociaciones.
De acuerdo con Richard Goldberg, exmiembro del Consejo de Seguridad Nacional de la actual administración, la estrategia del presidente Trump para enfrentarse a Irán es fácil de entender: “imponer la máxima presión para obtener la máxima influencia antes de las negociaciones para desmantelar su programa nuclear y abordar sus actividades presuntas malignas, todo ello mientras se evita un enredo militar o se persigue una política de cambio de régimen”.
Según el experto, el gobierno iraní no necesita confiar en Estados Unidos o en Trump para llegar a un acuerdo; sólo necesita actuar como un actor racional para evitar el colapso.
“Las opciones convencionales de Teherán son limitadas porque no puede ganar una confrontación militar directa con Estados Unidos. Por tanto, en lugar de eso, Teherán persigue provocaciones que acaparan titulares para fomentar el debate político en democracias abiertas - en Europa y Estados Unidos - mientras que evita una represalia militar directa”, sostiene Goldberg.
Cada uno de los presuntos momentos de escalada provocados por Irán en el Medio Oriente solo han servido para reforzar la falsa narrativa de que sólo hay dos opciones cuando se trata de Irán: la guerra o el retorno al fallido acuerdo nuclear de 2015, apuntó.
A diferencia de otros analistas que consideran inapropiadas las acciones de Trump con respecto a Irán, Goldberg es del criterio de que el mandatario estadounidense ha ejercido una paciencia estratégica.
A su juicio, “Trump podría haber respondido a cada provocación con una respuesta militar proporcional, … en cambio, Trump sorprendió a Irán al atacar a su principal estratega militar y luego lo sorprendió una vez más al responder a la represalia con misiles balísticos con un retorno a la paciencia estratégica.
Para Goldberg, Trump ha salido de las últimas semanas en una posición más fuerte. La campaña de máxima presión permanece totalmente intacta con espacio político para aumentar aún más la presión de las sanciones.
Ahora, precisa el experto, Irán se enfrenta a una reacción dentro y fuera del país tras el derribo de un avión de pasajeros ucraniano. Los críticos de Trump, que advirtieron que sus políticas provocarían una tercera guerra mundial, parecen ahora haberse adelantado.
“Muchos creen erróneamente que Estados Unidos ya ha alcanzado la 'máxima presión' sobre Irán. En realidad, varios puntos críticos de presión siguen sin ser aprovechados…, las sanciones dirigidas a las líneas navieras estatales iraníes están programadas para entrar en vigor en junio y podrían acelerarse para lograr un impacto más inmediato. Otro objetivo potencial podría ser el sector financiero de Irán en su totalidad”, explica Goldberg.
El efecto podría ser desestabilizador, cortando inmediatamente del comercio internacional a todos los bancos no sancionados dentro de Irán, forzando su desconexión del sistema de mensajería financiera mundial conocido como SWIFT y haciendo inaccesibles para cualquier propósito todas las reservas de divisas restantes mantenidas fuera de Irán.
Agrega que podrían adoptarse medidas adicionales para privar al Irán de los beneficios estratégicos de los que todavía disfruta en virtud del acuerdo nuclear y la resolución conexa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en particular el levantamiento previsto de las principales restricciones a su programa nuclear, el desarrollo de misiles y las transferencias de armas convencionales.
Goldberg también plantea que la reciente expansión del enriquecimiento de uranio por parte del Irán, junto con su comportamiento violento constante, proporciona a los Estados Unidos y a Europa un amplio pretexto para poner en marcha la cláusula de "respuesta inmediata" del acuerdo, que restablecería las resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad sobre el Irán y eliminaría un desincentivo clave para la decisión iraní de negociar.
Eso proceso parece haber comenzado con la iniciativa de la troika europea, integrada por el Reino Unido, Francia y Alemania.
“Si Trump puede lograr la máxima presión y el restablecimiento de las restricciones internacionales sobre el Irán, es probable que se produzca una llamada telefónica de Teherán en la que se acepte negociar sin condiciones previas”, concluye Goldberg.