Experto estadounidense niega que Irán tendrá una bomba nuclear
La afirmación de que Irán tendrá una bomba nuclear en meses se basa en una construcción artificial -grandiosa para los temas de discusión y el alarmismo desde los podios, pero en ningún sentido una realidad científica, aseguró Scott Ritter, ex oficial de inteligencia de la Infantería de Marina estadounidense con amplia experiencia en el tema de control armamentista.
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Scott Ritter, experto estadounidense niega que Irán tendrá una bomba nuclear
Un amplio artículo sobre el asunto publicado en el sitio The American Conservative contradice la propaganda oficial de Washington usando el temor del arma nuclear para justificar sus agresiones contra la nación persa. No lo creas ni por un segundo en esa teoría, asegura.
"Mientras sea Presidente de los Estados Unidos, a Irán nunca se le permitirá tener un arma nuclear". Esas palabras, pronunciadas en un discurso del presidente Donald Trump sobre la escalada de la tensión militar entre Estados Unidos e Irán, subrayan la realidad de que es el programa nuclear de Irán el que impulsa la política de Estados Unidos con respecto al uso de la fuerza militar, precisa Ritter.
El temor a un arma nuclear iraní es usado por la administración Trump para justificar su política, ya que en nada amenazan la seguridad regional y por extensión los intereses nacionales de Estados Unidos.
Alerta que el marco de los acuerdos que han mantenido el programa nuclear iraní bajo control durante este tiempo se ha deteriorado hasta el punto de colapsar, y las ramificaciones prometen ser nefastas.
Como signatario del tratado de no proliferación (Irán firmó el TNP en 1968 y lo ratificó en 1970), las actividades nucleares del Irán están sujetas a inspecciones de salvaguardias realizadas bajo los auspicios del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Señala el análisis que el Programa de Acción Integral Conjunto (PCJ) o el acuerdo suscrito por potencias mundiales con Teherán en una buena salvaguardia para evitar los iraníes se sumen al club nuclear pero, Trump, al perseguir fines políticos creo el caos.
El PCJPOA entró en vigor en 2016, y durante los dos años siguientes, funcionó bien - Irán fue considerado repetidamente como en pleno cumplimiento de sus obligaciones.
En 2016, el entonces candidato Donald Trump hizo campaña bajo la premisa de que Irán representaba una amenaza para Estados Unidos y sus aliados, y que el PCJP, a través de sus "cláusulas de extinción", sólo servía para acelerar las ambiciones nucleares de Irán bajo la protección de la comunidad internacional, señala Ritter.
Después de su elección, Trump se retiró precipitadamente del PCJ, y volvió a imponer sanciones económicas como parte de una campaña de "máxima presión" diseñada para obligar a Irán a negociar un nuevo acuerdo que prohibiera todas las actividades de enriquecimiento nuclear.
La gota que colmó el vaso fue a principios de este mes, cuando Irán puso fin a todas las restricciones a su esfuerzo de enriquecimiento y, al hacerlo, puso en duda el plazo de un año para la ruptura que había apuntalado el PCJ, plantea.
Si bien el Irán sostiene que todas sus acciones son reversibles si todas las partes en el PCJPOA cumplen con sus respectivas obligaciones (lo que significa que la UE cumple con sus obligaciones en materia de comercio), la realidad, agrega el experto, es que, utilizando la formulación de "ruptura", el Irán estará dentro de dos o tres meses de una capacidad de armas nucleares a finales de 2020.
Pero esta cifra es una construcción totalmente artificial que ignora la realidad y las complejidades asociadas con el desarrollo de armas nucleares más allá del acto de enriquecimiento de uranio, todas las cuales son virtualmente imposibles de ocultar del escrutinio internacional, precisa.
Pero la percepción crea su propia realidad, y mientras se evalúe que Irán tiene una ventana de escape de dos o tres meses, la amenaza de una bomba iraní se convierte en un hecho político, si no tecnológico.
Entre otros aspectos, Ritter señala que si Irán cumpliera con su amenaza de retirarse del TNP, los inspectores podrían salir del Irán ya en junio de 2020. Sin ningún proceso de inspección en vigor en Irán, las especulaciones sobre las intenciones y capacidades iraníes se dispararían, avivando los temores que inevitablemente llevarían a una guerra dirigida por Estados Unidos y diseñada para destruir la infraestructura nuclear de Irán y, por extensión, el régimen iraní.
Concluye Ritter que una guerra es evitable pero también es inevitable, según se mueva la corriente en la Casa Blanca a unos meses de las elecciones presidenciales.