Al respecto, un artículo suscrito por Laura Kelly y que publica el diario The Hill,  acentúa que la iniciativa de la Casa Blanca pone de relieve “las opciones cada vez más reducidas de los palestinos, que ahora se enfrentan a una nueva realidad territorial a menos que haya un movimiento político significativo en los Estados Unidos o (Israel)”. 

Un elemento del plan sugiere transferir las comunidades árabes establecidas en (Israel) a un “futuro” Estado de Palestina, una acentuación del robo y despojo territorial camino consumar la política de “apartheid” contra ese pueblo.

"No hay una forma sustantiva de enmarcar esto como una ganancia para los palestinos", dijo Ghatih Al Omari, investigador principal del Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente y que trabajó en las pasadas negociaciones de paz en nombre de ese pueblo, señala la publicación.   

"Lo que es obvio para mí es que no hay absolutamente ninguna manera de que ningún palestino - ni siquiera los actuales líderes palestinos - puedan participar en este plan tal como está",  precisa.

El principal oponente político de Netanyahu, Benny Gantz, jefe del partido Azul y Blanco, ha propuesto someter el plan de paz Trump a votación en el gobierno la próxima semana para registrar cualquier oposición, destacando los principales desacuerdos entre los partidos políticos y contra el primer ministro en funciones antes de las elecciones nacionales del 2 de marzo. 

Se espera que los partidos religiosos y de derecha veten el plan de reconocimiento de un Estado palestino y los representantes árabes e israelíes han expresado una fuerte oposición a la exclusión y el desprecio del plan por los palestinos, asegura el diario.

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"El plan es en gran medida letra muerta, pero la facilitación de las medidas unilaterales que se llevarán a cabo es lo que realmente podría cambiar la situación de forma bastante dramática", dijo Dan Shapiro, el ex embajador de EE.UU. en (Israel) bajo el presidente Obama y profesor visitante en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv.

Plantea el análisis de  Kelly  que los críticos dicen que el plan Trump consolidaría un status quo que le da a Israel la última palabra sobre todas las medidas de seguridad en los territorios palestinos y, por extensión, el control sobre el movimiento de bienes y personas en aquellas áreas donde los palestinos podrían ejercer una autonomía limitada.  

"Hay principios de los que se habla en este plan, de los que hemos estado hablando durante mucho tiempo: Dos estados, el logro de los objetivos a través de negociaciones directas. Pero las propuestas no coinciden con los principios", dijo el representante Brad Schneider (D-Illinois), uno de los principales defensores en la Cámara del apoyo bipartidista a la relación entre Estados Unidos e (Israel).

"Es una cumbre entre el impugnado y el acusado", dijo Khalil Jahshan, director ejecutivo del Centro Árabe, un think-tank  (tanque pensante) de Washington DC, sobre el plan israelo-estadounidense.

Si Trump es reelegido, afirmó, eso dejaría a la Autoridad Palestina en una situación aún peor, a la vez que criticó a sus autoridades por no preparar una respuesta contraria, ya a la Liga Árabe por no reiterar su apoyo a los derechos de ese pueblo

Mientras tanto, un editorial del influyente diario The New York Times  califica el plan de Trump  de “un cínico intento de desviación por parte de dos políticos en problemas (Trump y Netanyahu), una concesión a sus bases de derecha mientras cada líder compite por la reelección".

En todo momento, precisa, el plan refleja el abrazo de Trump a los deseos de los nacionalistas israelíes y sus donantes judíos y evangélicos, y una actitud desdeñosa hacia los palestinos.