Sargento estadounidense: Ataque iraní contra base en Iraq es la mayor ofensiva adversaria que he sufrido
“En mis 16 años en el Ejército, nunca había visto uno de esa magnitud proveniente de una fuerza adversaria” contra objetivos estadounidenses, indicó el sargento primero Larry Jackson en declaraciones al programa PBS NewsHour.
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Imagen de la base aérea Ain Al-Asad en Iraq después del ataque misilístico iraní.
Soldados estadounidenses que vivieron el ataque iraní contra su base en Iraq afirmaron que fue la “mayor” ofensiva que han enfrentado en su carrera militar.
“En mis 16 años en el Ejército, nunca había visto uno de esa magnitud proveniente de una fuerza adversaria” contra objetivos estadounidenses, indicó el sargento primero Larry Jackson en declaraciones al programa PBS NewsHour.
Según reportes de prensa, el programa –emitido la semana pasada– evaluó los daños causados por la ofensiva con misiles de Irán, efectuada el pasado 8 de enero, contra la base aérea Ain Al-Asad en Iraq, en represalia por el asesinato del general Qasem Suleimani.
Desde el principio, las autoridades de Washington mostraron reticencia para reconocer los daños materiales o humanos. Horas después del ataque, el presidente Donald Trump anunció que “todo iba bien”, aunque poco a poco con el correr de los días llegaron noticias de soldados que sufrieron “lesiones cerebrales”.
No obstante, el 16 de enero, el Pentágono afirmó que 11 soldados fueron diagnosticados con una lesión cerebral traumática. La cifra se elevó después a “un mayor número de soldados heridos”, luego a 34, 50 y el jueves pasado, los oficiales norteamericanos subieron esta cifra a 64.
“Ahora sabemos que muchos de los soldados sufrieron lesión cerebral traumática, que puede abarcar cualquier cosa desde conmociones cerebrales leves a lesiones graves que afectan la vista, el equilibrio y la cognición de una persona”, dijo Nick Schifrin, presentador de NewsHour.
Según el general Steve Xenakis, psiquiatra que fungía de asesor del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas sobre los efectos físicos y psicológicos por conmoción cerebral, no hay una prueba fehaciente de diagnóstico. “Tenemos que usar el juicio clínico todo el tiempo para poder determinar cuánta exposición hubo y que tan grave fue la exposición y qué impacto está teniendo en los soldados, y tienes que monitorearlos por un período de tiempo. Esto es muy serio”, adujo.
“Quizás pierdan la audición. Tendrán zumbidos en los oídos. Se sentirán mareados, se sentirán confundidos. Tendrán dolores de cabeza recurrentes. Tendrán una lesión a largo plazo que podría afectarlos muy seriamente durante años”, alertó el general.
El psiquiatra advirtió de las graves consecuencias que pueden esperar los militares lesionados.
“He tenido pacientes que se han sentido tan mal que han intentado suicidarse. Otros se sienten tan mal y tan desorientados que cometen homicidio. Algunos cometen crímenes muy terribles. Entonces estas (lesiones) son debilitantes”, comentó.
Desde un principio, los oficiales iraníes acusaron a EE.UU. de tratar de “disfrazar sus bajas” del bombardeo. Según el portavoz del CGRI, el general de brigada Ramezan Sharif, Washington intenta esconder al público estadounidense el verdadero número de bajas para tapar su vulnerabilidad ante posibles futuros ataques de represalia de Irán.