Rusia rechaza acusaciones de EE.UU. contra Nicolás Maduro
Rusia rechaza las “absurdas” acusaciones de EE.UU. contra Nicolás Maduro, manifestando que la Justicia estadounidense busca derrocar al Gobierno de Venezuela.
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La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajarova.
“Quedamos sorprendidos al enterarnos de la acusación del fiscal general de Estados Unidos, que culpa a las autoridades venezolanas de una participación directa en el tráfico internacional de drogas”, afirmó la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajarova.
De esta manera, Moscú ha rechazada la arremetida de Washington contra el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, al anunciar el jueves que ofrece una recompensa de hasta 15 millones de dólares por información que lleve al arresto del mandatario de Venezuela y otros dirigentes del país, entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello; el vicepresidente económico, Tareck El Aissami; y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino; por “su vinculación con el narcotráfico”.
Según la portavoz rusa, el Departamento de Justicia de Estados Unidos sigue las instrucciones de derrocar a las autoridades legítimas venezolanas, por lo que ha confirmado que Rusia, ante tal agresión, seguirá prestando ayuda a Caracas, sobre todo, en el proceso de normalización de la situación sanitaria y epidemiológica.
Asimismo, insistió en la urgencia y la necesidad de que se levanten las sanciones unilaterales ilegales de Washington contra el país bolivariano, que en las actuales condiciones de pandemia de Covid-19 se convierten prácticamente en una “herramienta de genocidio”.
El Gobierno estadounidense ha intensificado en este último año presiones diplomáticas y sanciones económicas contra la nación suramericana, e incluso el golpe de Estado y amenazas con el uso de la opción militar para sacar del poder a Maduro, que representa un obstáculo en sus planes injerencistas en el país caribeño.
Venezuela, a su vez, calificó que la acusación a Maduro es una forma nueva de “golpe de Estado” presentado por Washington en medio de esta crisis global provocada por la propagación del nuevo coronavirus, denominado Covid-19.