Vigilancia del ciberespacio en EEUU: cuidado con lo que hablas
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) comenzó a aprovechar herramientas del sector privado para una vigilancia masiva, incluidos contratos con compañías que vigilan y controlan publicaciones en redes sociales y recopilan datos de ubicación de teléfonos celulares.
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Vigilancia del ciberespacio en EEUU: cuidado con lo que hablas
Cuando el 26 de mayo último estallaron manifestaciones en todo el país por el brutal asesinato de George Floyd, el FBI firmó un acuerdo para extender su relación con Dataminr, una compañía que rastrea las redes sociales, precisó la revista digital The Intercept.
Unos días después, la agencia modificó otro firmado en febrero con Venntel Inc., una empresa de tecnología de Virginia que mapea y vende los movimientos de millones de estadounidenses.
La compañía compra datos de ubicación masiva y los vende a entidades gubernamentales.
Durante mucho tiempo, el Buró busca tecnología avanzada para prever crímenes y localizar sospechosos que generan preocupación porque de alguna manera pudiera violar leyes y la libertad de expresión.
A principios de año, la agencia lanzó una oferta para obtener alertas tempranas sobre eventos relacionados con la seguridad nacional y la pública a través de datos de redes sociales.
No está claro exactamente cómo se modificó el contrato de Venntel en febrero y su presidente, Chris Gildea, alegó que no haría comentario alguno por la naturaleza confidencial de ese trabajo, tras una solicitud de declaraciones por The Intercept.
Dataminr proporciona al FBI First Alert, un producto con alertas de noticias de última hora sobre eventos de emergencia, como desastres, incendios, explosiones y tiroteos.
El director del FBI, Christopher Wray, advirtió que el terrorismo hoy se mueve a la velocidad de las redes sociales.
Wray en una comparecencia ante el Congreso dijo que las amenazas de todo, desde grupos anarquistas hasta grupos extremistas violentos por motivos raciales tienden a comenzar principalmente en el ciberespacio.
A los críticos de las prácticas del FBI les preocupa que el nuevo alcance pueda invadir lo estipulado en la Primera Enmienda de la Constitución.
“Estamos preocupados por la posibilidad de que el FBI amplíe aún más su capacidad de vigilancia”, declaró Mary Zerkel, coordinadora del programa Comunidades contra la islamofobia del Comité de Servicio de Amigos Americanos.
El Buró recurrió durante décadas a la vigilancia y el perfil racial para atacar a musulmanes, inmigrantes, personas de color, activistas en general y activistas negros en particular, denunció Zerkel.
“Las herramientas de recolección masiva de datos solo servirán para criminalizar aún más las protestas y la libertad de expresión, y ampliar la criminalización de los musulmanes y las personas de color”, subrayó.
The Intercept recalcó que, desde la reciente ola de manifestaciones callejeras, los agentes del FBI interrogaron a al menos un individuo por el simple hecho de tuitear en broma que es miembro de antifa (activistas antifascistas).
Los miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta contra el Terrorismo también sometieron a interrogatorios a organizadores de protestas, a solo pocas horas de publicar la convocatoria de un evento en las redes sociales.
El periódico The Wall Street Journal fue el primero en revelar que agencias gubernamentales como el Servicio de Impuestos Internos y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU., acudieron a Venntel para completar sus operaciones.
Después de publicada esa historia, el senador Ron Wyden, demócrata por Oregón, se comunicó con la compañía para preguntar sobre el uso por el gobierno federal de esa tecnología, pero sus ejecutivos se negaron a responder la mayoría de los cuestionamientos.