EE.UU. de derrota en derrota en su política de fuerza contra Irán
En una impresionante muestra de descaro, el gobierno del presidente Donald Trump argumenta que, después de todo, Estados Unidos sigue siendo parte del acuerdo con Irán, opina The New York Times.
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Cuando el presidente Trump se dirija a la Asamblea General mañana por vía virtual a causa de la pandemia, se espera que declare su intención de hacer cumplir las sanciones del Consejo de Seguridad contra Irán.
En una impresionante muestra de descaro, el gobierno del presidente Donald Trump argumenta que, después de todo, Estados Unidos sigue siendo parte del acuerdo con Irán, opina The New York Times.
Eso es porque quiere usar una disposición del acuerdo para retrotraer sanciones globales contra la nación de los persas y evitar el vencimiento de un embargo de armas.
Una opinión legal del Departamento de Estado argumenta que, pese a que Estados Unidos se retiró del acuerdo y actuó en oposición a su sustancia desde 2018, sigue siendo un participante porque en la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que ampara el convenio, enumera los países que sellaron la anuencia, incluido Estados Unidos.
Ese argumento no se sostiene.
"Es una cuestión de lógica simple que, si usted es un estado participante, debe participar", indicó Larry Johnson, ex secretario general adjunto de asuntos legales de la ONU.
Incluso los halcones de Irán, como John Bolton, encuentran ese argumento tan falso que resulta contraproducente.
"Es demasiado lindo a la mitad decir que estamos en el acuerdo nuclear para los propósitos que queremos, pero no para los que no", escribió Bolton en The Wall Street Journal.
Impedir la venta de armamento a Irán es un objetivo loable, dado el apoyo militar de Teherán a varios actores violentos no estatales en su región, según el diario neoyorkino.
Pero durante casi dos décadas, las potencias mundiales se concentraron en el premio mayor: evitar que la República islámica obtenga un arma nuclear.
Estados Unidos abandonó el acuerdo en 2018 y ningún argumento legal puede cambiar ese simple hecho.
No está legitimado para invocar una disposición elegida cuidadosamente que sirve a su propia agenda mientras se burla del resto del acuerdo. No es así como funcionan los acuerdos internacionales, asegura The Times.
El comportamiento del gobierno de Trump erosiona la integridad de todos los acuerdos internacionales en el futuro.
Es por eso que es casi unánime el rechazo en el Consejo de Seguridad a la posición de Estados Unidos. En una votación relacionada en agosto, solo República Dominicana se colocó al lado de Estados Unidos, pese a lo cual los diplomáticos norteamericanos siguen adelante.
Sostienen que las sanciones globales se reanudaron después de un período de notificación de 30 días, que terminó este sábado.
Cuando el presidente Trump se dirija a la Asamblea General mañana por vía virtual a causa de la pandemia, se espera que declare su intención de hacer cumplir las sanciones del Consejo de Seguridad contra Irán.
Los funcionarios de la ONU ahora se encuentran en una zona de penumbra diplomática, atrapados entre la visión de la realidad de la administración Trump y la del mundo donde residen todos los demás.
"En esencia, viviremos en dos universos alternativos", segun Richard Gowan, director de la ONU en International Crisis Group, una organización que busca prevenir conflictos mortales.
La tragedia del enfoque de Washington consiste en la enajenación a que sometió a los aliados europeos que comparten el objetivo común de frenar el comportamiento más preocupante de Irán.
Una vez, Estados Unidos estuvo hombro con hombro con Francia, Alemania y Reino Unido, sus aliados, y además con Rusia y China, para aislar a la República islámica, pero ahora el aislado es Estados Unidos.
La pregunta más importante es si los esfuerzos estadounidenses para invocar el mecanismo de reactivación de sanciones antiiraníes acabarán con el acuerdo nuclear, pese a que las otras partes intentan mantenerlo vivo.
Irán cumplía sus compromisos en virtud del acuerdo hasta la salida de Estados Unidos. Posteriormente, aumentó su producción de material fisionable, como una respuesta calibrada a la retirada estadounidense.
Ahora, el acuerdo está hecho jirones. Si Trump es reelegido, las posibilidades de revivir el acuerdo son escasas o nulas.
Irán podría alejarse por completo del acuerdo nuclear y reanudar sus niveles anteriores de producción de material nuclear que, según afirma, se utilizará como combustible para un reactor nuclear pacífico.
El trato podría encarrilarse, si las acciones de Irán son reversibles y el material fisionable producido se asegura que sale fuera del país.
También existe la posibilidad de que los esfuerzos diplomáticos entre bastidores conduzcan a acuerdos informales para abstenerse de ventas significativas de armas a Irán que inflamarían la situación.
El embargo de armas expira en octubre, por lo que todavía hay tiempo para que la diplomacia funcione.
Sin duda, el pueblo iraní está sufriendo las sanciones de Estados Unidos, sobre todo durante la pandemia, pero Teherán no pide un trato con Trump.
De hecho, la política de Washington engañó a los moderados en Irán, quienes habían confiado en que Estados Unidos cumpliría su parte del trato.
El líder supremo de la Revolución Islámica, el ayatolá Ali Khamenei, consideró que fue un error el acuerdo.
Sin embargo, Trump repite que hay posibilidades de lograr rápidamente otro convenio con Irán.
"No espere hasta después de las elecciones estadounidenses para hacer el gran negocio", tuiteó a los líderes iraníes en junio.
"Voy a ganar. ¡Harás un mejor trato ahora!"
Como gran parte de la habilidad para el juego de Trump, no hay un Plan B detrás de la bravuconería. Hoy, Irán está más cerca de tener suficiente material fisionable para construir una bomba nuclear que cuando el magnate republicano asumió el cargo.