Unesco alerta sobre desigualdad educativa en América Latina
El informe señala que las personas jóvenes en situación de pobreza se ven obligados a abandonar la escuela.
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El informe de la Unesco revela que la mitad de los jóvenes en el grupo de 15 años de edad no alcanza el nivel mínimo de competencia en lectura.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) publicó un informe denominado “Inclusión y Educación: Todos y Todas sin Excepción”, en que advierte sobre los riesgos en materia de educación en el caso de América Latina y el Caribe y califica la región como la más desigual en este aspecto.
El informe, elaborado junto al equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM), el Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe (Summa), revela que la región continúa siendo la más desigual en educación.
El documento señala que el 20 por ciento de los estudiantes provenientes de familias con mejores ingresos económicos, tiene cinco veces más probabilidades de finalizar los estudios en el ciclo de secundaria.
“Las personas jóvenes en situación de pobreza deben actuar según lo que se espera de ellas, es decir, abandonar la escuela prematuramente para ejercer trabajos no cualificados que no requieren haber finalizado la secundaria”, expresa el informe.
Las instituciones muestran que en base al estudio de los 21 países de Latinoamérica y el Caribe, durante el año 2020 Colombia registró la mayor tasa de migraciones y desplazamientos agravando el desarrollo educacional de los infantes y adolescentes.
Asimismo, se detalló que la desigualdad se agrava aún más en los resultados del aprendizaje, toda vez que la mitad de los jóvenes en el grupo de 15 años de edad no alcanza el nivel mínimo de competencia en lectura.
El informe de 162 páginas, enfatiza que la educación requiere de cambios estructurales en los métodos de enseñanza, así como los contenidos, y estrategias. Igualmente, insta a los Estados a invertir recursos que permitan garantizar la amplia inclusión.
“La educación inclusiva debe incorporar los principios de diálogo, participación y apertura, reuniendo a todas las partes para resolver las tensiones y dilemas que surjan. Las decisiones deberán basarse en la dignidad humana, sin poner en peligro ni descartar el ideal de inclusión a largo plazo, ni desviarse del él”, afirma el documento.
