¿Qué temas abordó la reunión clandestina entre Netanyahu y MBS?
La clandestina reunión del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, plantea la perspectiva de que tanto Riad como Tel Aviv preparan condiciones para disipar los malos vientos que soplan en su dirección con la entrada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, anticipa la publicación Foreign Policy.
-
Temas tratados en clandestina reunión de Netanyahu y MBS.
Como beneficiarios de la política exterior del presidente Donald Trump, Netanyahu y Mohammed bin Salman ahora buscan encontrar maneras de no ser rechazados en la Casa Blanca de Biden como actores deshonestos.
Así que el premier israelí canceló una reunión de gabinete y, según versiones, se subió a un avión privado de negocios para el vuelo de una hora a través del Mar Rojo hasta la costa occidental de Arabia Saudita.
En la ciudad desértica de Neom, en construcción como un escaparate de innovación tecnológica de 500 mil millones de dólares, el jefe de Gobierno pasó unas cinco horas con el heredero al trono saudita, el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, y el director del Mossad israelí, Yossi Cohen.
Lo que los cuatro hombres discutieron queda en el campo de la especulación.
Unos creen que podría ser sobre un futuro ataque contra Irán antes de la asunción de Biden para evitar la oportunidad de un regreso de Estados Unidos al acuerdo nuclear de 2015 y otros lo relacionan con la posibilidad de que Arabia Saudita siguiera los pasos de Emiratos Árabes Unidos y Bahrein en cuanto a normalizar relaciones con (Israel).
El 20 de enero, al asumir el candidato electo demócrata a la presidencia, es probable que Washington cambie respecto a la etapa de Trump en la política para Medio Oriente.
Biden ha mencionado sobre una reevaluación de los vínculos de Estados Unidos con Arabia Saudita a la luz del asesinato en octubre de 2018 del periodista Jamal Khashoggi por agentes de Riad en Estambul.
La oposición abierta de Netanyahu a las negociaciones con Irán, en particular su discurso de 2015 en una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos, todavía se recuerda como un golpe insolente al expresidente Barack Obama cuando Biden era vice.
En Neom, el cuarteto debió conversar sobre la concreción de algo antes de que Trump abandone el cargo y enviar una señal al entrante Biden, afirmó Joshua Teitelbaum, científico de la Universidad Bar-Ilan de (Israel), que está escribiendo un libro sobre la historia del ejército saudita.
El mensaje, dijo, es que "estos son dos grandes aliados de la región que comenzaron a unirse”, apuntó.
Sin embargo, parece que el mensaje no estaba destinado al público, porque después de filtrarse a los medios el vuelo de Netanyahu a Arabia Saudita, lo confirmaron funcionarios israelíes y sauditas, aunque lo negó el ministro saudita de Relaciones Exteriores, Faisal bin Farhan.
Netanyahu, quien ni confirmó ni negó el encuentro, ha logrado ser un artista para emitir pistas sobre compromisos secretos con líderes árabes.
Se han remitido informes sobre reuniones entre Netanyahu y Mohammed bin Salman a bordo de yates en el Mar Rojo, de otras en la vecina Jordania y en varias ciudades europeas.
La única vez que Netanyahu se reunió públicamente con un gobernante del Golfo fue en 2018, cuando visitó al difunto sultán Qaboos de Omán, quien murió en enero pasado.
Todos esos reportes enmascaraban negociaciones diplomáticas profundas, pero extraoficiales, que Netanyahu mantuvo con una amplia gama de países árabes, incluso cuando fue vilipendiado en público por su política de línea dura hacia los palestinos y sus planes de anexar casi 30 por ciento de Cisjordania.
La recompensa llegó en septiembre, cuando se sentó junto a Trump en el jardín sur de la Casa Blanca y firmó los Acuerdos de Abraham con los ministros de Relaciones Exteriores de Emiratos Árabes Unidos y Bahrein y se abrieron el camino a las relaciones diplomáticas con esos estados del Golfo, junto con la cooperación prometida en negocios, defensa, inteligencia, aviación, turismo, investigación médica y reconciliación entre musulmanes y judíos.
Pero, la guinda del pastel derivó de un acuerdo de compra de armas por valor de 23 mil millones de dólares, al cual Israel retiró objeciones de larga data a que Estados Unidos vendiera aviones de combate furtivos F-35 a Emiratos Árabes Unidos.
Lo que falta en el acercamiento entre (Israel) en Medio Oriente es la participación de Arabia Saudita, el miembro más grande y rico del Consejo de Cooperación del Golfo.
Desde que se anunció el acuerdo de (Israel) con los Emiratos Árabes Unidos desde la Oficina Oval en agosto, Trump y sus asistentes aspiran a que los sauditas se suban a bordo, aunque Riad alega que cualquier acuerdo tendría que basarse en la Iniciativa de Paz Árabe de 2002 que requiere la aceptación por el régimen de Tel Aviv de un Estado palestino y la retirada israelí de Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza.
A medida que termina la era de Trump, tanto (Israel) como los estados del Golfo están ansiosos por saber qué esperar del próximo gobierno norteamericano y posicionarse ante los esquemas de política seguidos por Obama, incluida la desactivación del conflicto con Irán, la simpatía por los palestinos y un énfasis en los derechos humanos.
Y está claro que Netanyahu y Mohammed bin Salman comparten preocupaciones antes de la partida de Trump, apuntó Ebtesam al-Ketbi, presidente del Emirates Policy Center, con sede en Abu Dhabi.
"Quieren estar seguros de que lo que hará Biden no afectará sus intereses mutuos", puntualizó.