(Israel) y EE.UU. fracasaron. ¿Será mejor la opción diplomática para lidiar con Irán?
La mejor vía de (Israel) y Estados Unidos consiste en agotar la opción diplomática y llegar a un acuerdo nuclear con Irán que facilite un equilibrio similar al que impidió la guerra entre el bloque oriental y el occidental durante la Guerra Fría, comenta el periódico en hebreo Yedioth Ahronot.
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(Israel) y EE.UU. fracasaron. ¿Será mejor la opción diplomática para lidiar con Irán?
No es aconsejable discutir en detalle la capacidad del frente interno civil israelí para enfrentar un ataque de misiles combinado con un ataque terrestre, sobre todo si lo acompaña la sorpresa y los cohetes para todos los rangos son precisos.
Baste decir que la capacidad de defensa frente a un ataque de ese tipo depende en gran medida -demasiado- de la capacidad de las Fuerzas Armadas y del Mossad para brindar alertas de inteligencia en tiempo y calidad que permitan interrumpir o incluso prevenir.
La protección pasiva en las localidades y las profundidades de las líneas de enfrentamiento en el norte y sur no es suficiente y que los servicios de rescate en Tel Aviv y Haifa tendrán dificultades para hacer frente a los daños.
Si bien el gobierno israelí destinó decenas de millones para reducir brechas entre lo que se desea y lo que se encuentra en esas áreas, ante la falta de un presupuesto ordenado, la implementación es muy escasa.
Incluso en el período de la pandemia de la COVID-19, se trata de áreas en las cuales (Israel) debe actuar de inmediato para evitar miles de víctimas e infraestructura paralizada, sugiere la publicación.
Los misiles super-ultra e hipersónicos es un sector que las grandes potencias están desarrollando con una gran inversión de presupuestos e investigación como parte de la competencia estratégica.
Esos proyectiles son en realidad una combinación de un misil balístico y un misil de crucero que sabe cómo moverse a una velocidad de al menos cinco veces la velocidad del sonido, vuela fuera de la atmósfera y luego, mediante programación o comando, se golpea al objetivo.
Porque es rápido, cambia de rumbo y se mueve en una trayectoria sinuosa, no existe por ahora un sistema capaz de destruirlo o desviarlo.
(Israel) puso en funciones un sistema nacional de defensa cibernética y sus Fuerzas de Defensa disponen de una división especializada.
Ahora se registra una relativa calma dentro de (Israel) y la moderación de la actividad violenta en todo el escenario de Medio Oriente son en gran parte el resultado de dos procesos globales que han tenido lugar en el último año: la plaga de la COVID-19 y las elecciones estadounidenses que liberaron al Gobierno egocentrista de Donald Trump y abrieron puertas a Joe Biden.
No hay ningún país en el Medio Oriente, y de hecho en el mundo, en los cuales esos dos factores no hayan influido de manera decisiva en la forma en que su liderazgo adoptó para conducir asuntos internos y política exterior.
La línea gobernante, en Irán, se concentró en reducir la mortalidad y el daño económico causadospor el nuevo coronavirus y prepararse para producir lo mejor, o al menos reducir la fricción con el entrante Biden, cuya política exterior y de seguridad se estima será diferente a la de Trump, vaticina Yedioth Ahronot.
Probablemente sea similar a la del mandato de Barack Obama.
Esos dos acontecimientos caracterizarán Medio Oriente y afectarán el curso de los próximos dos años que en todo caso ofrecerán a (Israel) tiempo para lidiar en brechas entre lo disponible y el mínimo deseado para enfrentar posibles ataques.
(Israel) carece de estrategia y medios para lidiar de manera efectiva si Irán se convierte en una potencia nuclear o se acerca a ese objetivo.
De tal manera que existe una posibilidad real de que Tel Aviv enfrente tal situación en dos o tres años, si los esfuerzos de Biden para formular un nuevo acuerdo nuclear no dan frutos e incluso si lo concreta.
Irán confirmó que es resistente a la presión económica masiva y todo lo que (Israel) y sus aliados pueden lograr es retrasar el desarrollo y la producción de armas nucleares si Teherán se lo propone, asegura el diario en hebreo.
El conocimiento está en sus manos y si sobrevive a un ataque militar, Tel Aviv enfrentará la necesidad de atacar las instalaciones nucleares en Irán y Dios no lo quiera. Dadas las circunstancias, ¿tendremos entonces la atención, los medios y la legitimidad para hacerlo? ¿Estamos seguros de que no nos sorprenderán algún día con una prueba nuclear al estilo de Corea del Norte?, concluye Yedioth Ahronot.