Puntos claves en próxima reunión China - EE.UU.
El gobierno de Joe Biden podría imponer más sanciones al gigante asiático. Beijing asegurará la plena integración de Hong Kong a su territorio continental.
China y Estados Unidos se preparan para una reunión que tendrán en Alaska, en la que el gobierno de la nación asiática dejará clara su soberanía sobre Hong Kong, sus reclamos sobre Taiwán y la integración de sus regiones fronterizas, que en todos los casos son opuestos a los intereses de EE.UU., según National Interest.
Ambos países se alistan para el encuentro y los dirigentes estadounidenses analizan el modo en que los representantes de Washington deberán negociar con sus pares chinos.
El gobierno de Joe Biden podría imponer más sanciones y facilitar estatus de refugiado a los opositores. También continuará emitiendo declaraciones unilaterales y multilaterales. Mientras, Beijing asegurará la plena integración de Hong Kong con China continental.
La verdadera pregunta es si el equipo de Biden hará de Hong Kong una colina en la que morir a expensas del avance de los intereses de seguridad, económicos, sanitarios y medioambientales de Estados Unidos.
De manera similar, China mantiene su continuo apoyo a la unificación con Taiwán mediante un proceso pacífico contenido en el Informe de trabajo del gobierno del primer ministro Li Keqiang, y en el de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma sobre el Borrador del Plan de Desarrollo Económico y Social de 2021.
El reporte de National Interest critica a China pero no menciona que la Armada estadounidense, a menudo, asoma la cabeza con algún que otro buque a modo de desafío por la zona del Estrecho de Taiwan.
La intención de Beijing de valerse de la ley para defender y proteger el principio de Una sola China, además de la independencia de Taiwán, causa preocupación en los círculos de poder de E.E.UU., aunque los expertos sugieren cuidado con el desarrollo de políticas contraproducentes para ambos bandos.
Bajo presión política, Washington reaccionará con una retórica dura y tal vez enviará al Estrecho de Taiwán alguna nave de guerra como provocación. Pero ir más allá de la razón y exacerbar las tensiones militares puede aumentar las posibilidades de un conflicto armado que nadie quiere.
Otro punto de confrontación entre Washington y Beijing contempla el tema de las minorías étnicas, a las que el gigante asiático apoyará con nuevas formas de desarrollo para las regiones de Xinjiang y Tibet, durante los próximos cinco años.
En cualquier caso, National Interest le otorga el derecho al gobierno de Biden para que vigile supuestos abusos de derechos humanos en esas regiones y formar así un expediente político.
La publicación sugiere, además, que la política debe concentrarse en objetivos concretos y alcanzables que excluyan los peligros a la seguridad y la prosperidad estadounidenses.
Washington deberá tener en cuenta que el Ejército Popular de Liberación chino tiene cada vez más capacidades militares modernizadas por lo que sería bueno que evitara un conflicto directo y considerar la resolución y las capacidades de Beijing al diseñar e implementar su estrategia.