Las familias de Yemen y Sudán del Sur están al borde de la hambruna, precisa un reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Se estima que 34 millones de personas están luchando con niveles de emergencia de hambre aguda, o sea, a un paso de la inanición.

El hambre aguda está siendo impulsada por conflictos, crisis climáticas y la pandemia de Covid-19 y, en algunos lugares, agravada por tormentas de langostas del desierto. “La magnitud del sufrimiento es alarmante”, dijo el director general de la FAO, Qu Dongyu. 

"Nos incumbe a todos actuar ahora y con rapidez para salvar vidas, salvaguardar los medios de subsistencia y prevenir la peor situación".

El norte de Nigeria, Yemen y Sudán del Sur encabezan la lista de lugares que enfrentan niveles "catastróficos" de hambre aguda, dijeron las agencias.

La mayoría de los puntos críticos identificados en el informe están en África, pero algunos se encuentran en otras regiones, desde Afganistán en Asia, Siria y Líbano, en Medio Oriente y Haití, en América Latina y el Caribe.

“En muchas regiones, la temporada de siembra acaba de comenzar o está a punto de comenzar”, dijo Qu. 

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"Debemos ir contrarreloj y no dejar escapar esta oportunidad de proteger, estabilizar e incluso posiblemente aumentar la producción local de alimentos".

“Estamos viendo cómo se desarrolla una catástrofe ante nuestros propios ojos”, dijo el director ejecutivo del PMA, David Beasley. 

"La hambruna, impulsada por los conflictos y alimentada por los impactos climáticos y la pandemia Covid-19, está llamando a la puerta de millones de familias".

Se necesitan tres cosas para evitar que “millones de personas mueran de hambre”, dijo: detener los combates, aumentar el acceso a las comunidades vulnerables y aumentar las donaciones.

A principios de este mes, la FAO y el PMA pidieron 5.500 millones de dólares para evitar la hambruna, a través de asistencia alimentaria humanitaria, dinero en efectivo e intervenciones de medios de vida de emergencia.

América Latina es la región más afectada por el declive económico y será la más lenta en recuperarse, según el informe, mientras que en Oriente Medio, Yemen, Siria y Líbano se ven seriamente afectados por la rápida depreciación de la moneda y la inflación vertiginosa.

Se proyecta que más de 7 millones de personas en Sudán del Sur enfrentarán niveles de crisis de inseguridad alimentaria aguda durante el período de abril a julio, mientras que más de 16 millones de yemeníes experimenten altos niveles de inseguridad alimentaria aguda para junio, un aumento de 3 millones desde finales del año pasado. 

Otros países identificados entre los peores puntos de hambre son Burkina Faso, Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Sudán y Siria.